Hace unos quince años una conocida mía me contó un asunto delicado y personal que le había sucedido. Era madre de tres hijos y de una hija tardanera, pero su mayor sorpresa fue que en los inicios de su menopausia se quedó nuevamente embarazada, acudió a una ginecóloga que le aconsejó que no siguiera con el embarazo, pues debido a su edad podría tener complicaciones. Ella decidió seguir hacia adelante y en una de las visitas que realizó para su control, la ginecóloga le hizo una revisión un tanto extraña y después abortó espontáneamente. Esta mujer se quedó "con la mosca detrás de la oreja" y desde entonces tiene la idea que si no se hubiese hecho esa revisión el embarazo hubiese llegado a término.
Reflexioné mucho sobre el tema, y cuando una amiga estudiante en una academia de teatro me encargó un texto para un ejercio teatral, no dudé en escribir: Una mirada oblicua, este pequeño ejercicio teatral se quedó perdido entre mis papeles de teatro y poesía y hoy os lo voy a insertar en el "Blog".
En el texto estan incluidas todas las claves de mi concepto de teatro como son: monólogo, poesía y transformismo...¡Transformismo delante de el público!, con un simple cambio de imagen sin necesidad de entrar y salir de escena.
UNA MIRADA
OBLICUA
Ejercicio teatral de un solo acto.
ESCENOGRAFÍA
Cámara negra, con solo una mesa en el centro del escenario y una silla envuelta con un velo blanco y transparente.
La luminotecnia ambientará la historia.
PERSONAJE
Xana.
ACTO ÚNICO
Al comenzar la obra se escucha en “OFF” un largo poema.
Desde el primer momento en que se escucha el poema, aparecerá en escena Xana, que es una mujer, pero para el público parecerá un hombre ya mayor con grandes dificultades para caminar y llevará una poblada barba.
VOZ EN “OFF”: ¡Hay que ver como una mirada oblicua,
se obnubila al observar a un corazón palpitar!,
más aún, si este corazón lo transporta una persona mayor
que a través de sus pupilas
ha presenciado el crimen que ha alterado a su alma.
¡Nunca olvidará ese instante!.
Sus compungidas venas estallarán
cuando su hembra se recubra con un velo transparente.
Se creyó,
que alcanzaría la cúspide
con su machismo primario.
Se creyó,
que con un mordisco en la nuca
doblegaría a la doncella.
Y, ¡Quiá!
ni siquiera,
sintió placer cuando mostró sus fauces.
Ni siquiera,
logró atrapar un bocado de ternura,
y es que había errado
en su intento de ser un errante.
Y es que,
ni tan siquiera había compartido un lugar en el cenit.
Aquí lo tenemos, ¡Huyendo!,
dando vueltas y vueltas sobre si mismo,
lleva muchos años caminando sobre un mismo eje.
¡Nunca concluye su dolor!.
El dolor es un dolor doloroso
y la redundancia se hace añicos
porque la historia es un ir y venir
sin llegar nunca a una conclusión.
XANA : (De repente cambia de actitud, y se vuelve ágil. Se acerca
rápidamente al proscenio y encarándose al público se arranca
la barba y los ropajes masculinos.
Xana es una mujer joven, tímida y vestida con una bata de mujer de
limpieza.)
¿Qué hago con toda esta ropa y barba?, ¿La tiro a la basura?,¿Le
prendo fuego?. ¡Bah!, no merece la pena. La dejaré aquí sobre la mesa
para no olvidar, y para que el recuerdo se evapore en el pleno calor del
verano. (La deja sobre la mesa y se queda unos instantes mirándola.)
Veo esos pantalones y me dan escalofríos. También tengo miedo a las
batas blancas. (Silencio.)
He sido violada dos veces, en dos instantes de mi vida que me han
marcado. En apenas tres meses viví todo lo que una mujer pueda vivir
en toda su vida.
¡No tuve valor de matar a aquel hombre mayor que utilizó mi
cuerpo para su egoísta placer!, ¡Nó, no lo tuve!.
El muy guarro se quedó dormido sobre mi regazo llorando y
pidiendo perdón. ¡Me dio lástima!. Fue algo tan tremendo, tan fuera de
toda lógica. (Se sienta en la silla).
Tenía veinticuatro años, cuando caminaba por un camino vecinal
del pueblo donde fui a pasar quince días de descanso. Me salió al paso
un pobre hombre mayor que apenas podía andar, yó, tuve confianza
con él (Se levanta.) ya que lo conocía de otros años, otras veces. Por lo
general en los pueblos pequeños todo el mundo se tiene confianza
¡Familiaridad!. Estuvimos hablando de tonterías. Me hizo gracia
porque pasé un rato agradable con él. Nos acercamos caminando muy
lentamente hasta un pequeño huerto de su propiedad. Me ofreció un
melocotón recién cogido del árbol. Me despertó un sentimiento de
ternura. De repente, así de sopetón, me pidió que le diera un beso. Yó,
se lo di en la frente, sin más, como una cosa muy natural, veía en él a
mis abuelos, a mi padre.
Las consecuencias de aquel beso fueron tremendas. ¡Me dio un
bofetón!, sacó fuerzas de donde no las tenía y me arrojó al suelo.
¡Me quedé petrificada!, tan helada, que no supe reaccionar. Abrió su
boca desmesuradamente para morder mi oreja (Llora.) y se le cayeron
las babas sobre mi rostro ¡Qué asco!, su mano me apretujó uno de mis
pechos ¡Que dolor! . (Grita.)
¡Nooooo!, ¿Qué se soluciona con recordar?, ¡Ese instante fue
tremendo!....Pude coger una piedra entre mis manos y abrirle la cabeza
en canal, pero nó, yó no podía hacer semejante cosa.
Para acabar cuanto antes me dejé hacer. ¡Madre mía!, si apenas
pudo penetrarme, ¡No tenía fuerzas!, ¡Apenas se le empalmaba!.
¡No grite!, ¡No pedí ayuda!. Era solo una pesadilla que estaba
viviendo, que si me pellizcaba un pezón veía la estrellas de intenso
dolor.
Cuando terminó se puso a temblar, pensaba que le daba un ataque
cardiaco, lloró desconsoladamente, ¡Me pidió perdón!, se quedó
dormido encima de mí.
Le aparté de mi cuerpo, me levanté y me fui, lo deje allí ¡Cansado!,
regresé a la casa donde pasaba mis días de asueto, preparé el equipaje,
mis cosas, y me marché. Jamás he vuelto a ese lugar. Nunca supe lo
que fue de ese pobre hombre.
(Se quita la bata de mujer de limpieza, debajo de ella tendrá otra de
color blanco.)
VOZ EN “OFF”: Pegada al recuerdo está Xana
que se vió privada de su libertad.
Recubre su cuerpo desnudo
con un velo transparente
para conservar al menos su pudor.
Para que la historia se paralice,
para que siete gnomos desnuden su bondad.
Para que la fuente de agua cristalina riegue
su desnudez.
Y así,
concluya un paréntesis de ignominiosa
densidad.
XANA : (Se coloca una mascarilla.) ¡Doctora he decidido tener al niño!
soy consciente que corro ciertos peligros, pero me da igual. Siento
que debo tenerlo. No soy culpable de nada, ¡El niño tampoco lo es!
(Silencio.)
¿Qué me voy a volver loca?, ¿Qué me recordará a mi violador?.
¡La loca es usted señora!. (Se quita la mascarilla.)
Doctora, yo no fui libre para concebir este feto que se encuentra
en mis entrañas, ya le he explicado que fui forzada, pero ahora ya han
pasado dos meses, veo las cosas de distinta manera. Este feto, ¡Es mi
hijo!, no es hijo de aquel degenerado, y como mío que es.¡Lo quiero
alumbrar con todas las consecuencias! En esos momentos fui violada, pero no deseo que ahora me viole
usted con sus discursos morales. ¡La moralidad no sirve para nada!,
¡Es una auténtica mentira!.
En estos días he conocido otras mujeres que están en mi mismo caso,
y ellas libremente han accedido a deshacerse del feto, y me parece
muy bien porque son libres de tomar esa determinación, ¡Ya que no
fueron libres para concebir!. Pero yó, he decidido tener a mi hijo, ¿Me
entiende?. (Se palpa la barriga.) No se preocupe por mi situación
económica, ¡Saldré adelante!.
(Se sienta encima de la mesa y recoge el velo transparente que hay
en la silla. Se abre la bata a la altura del seno, deja los pechos al
descubierto y se coloca el velo por encima.)
Mis pechos son muy hermosos y están sanos, amamantarán libremente
a la criatura. (Se tumba en la mesa envolviéndose toda ella con el velo)
VOZ EN “OFF”: Denso era el semen que la fecundó.
Densa era la lástima que sentía hacia si misma.
El recuerdo de la violación le aturdía.
¡Mas, no se sentía culpable!
su mirada oblicua no podía culpabilizar.
Era un extraño sentimiento,
algo que se le escapaba de entre las manos.
Su cuerpo fecundado temblaba
porque su fruto no era de amor,
era un fruto del bestialismo mas primario,
pero todos sus poros
atraían con inmensa ternura a ese ser desvalido,
ese ser que se debatía entre la existencia y no
existencia.
Xana, lo quiso poseer
para en su no amor, darle amor
¡Darle ternura!
¡Darle libertad!.
No quiso volver a ser violada.
Ella, decidió con libertad.
FIN DE LA OBRA.
AUTOR: Joseba Ayensa.
Interesante e intenso, Joseba: la mujer tiene derecho a disponer del futo de su cuerpo sea cual sea su origen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pedro