sábado, 23 de octubre de 2021

DOS ABRAZOS POÉTICOS EN EL CLUB CRONOPIOS.

                                             Rodrigo Díaz Cortez

   DOS ABRAZOS POÉTICOS EN EL CLUB CRONOPIOS.


         Esta tarde me he acercado, en Barcelona, hasta la calle Ferlandina a un club literario llamado Cronopios, a reencontrarme con dos colegas literarios y tertulianos: Rodrigo Díaz Cortez y Matías Néspolo.

         Poetas y escritores, escritores y poetas, editor y autor, autor y editor.

         Hacía años que no coincidía con ellos, pero era conocedor de sus trayectorias a través de “Facebook”.

        Fuimos contertulios en el “Café del Centre” en la calle Girona, Nº 69, esos tiempos en los que coordinaba la revista ¡Hasta Siempre!.

       A Rodrigo lo consideraba la pasión poética, me enamoré de uno de sus poemas: Hacia dentro de la piel.

       A Matías lo veía como un periodista intelectual, cálido, cercano, pero con cierta distancia mirando a su mundo interior.

      Rodrigo; chileno, Matías; argentino. Yo, navarrico, los tres hermanados con todos los que integrábamos la tertulia del “Café del Centre” y la revista ¡Hasta Siempre!

     Rodrigo me confesó que venía resquemado de un “mesías”, que yo a la vez, también me había resquemado del mismo “mesías”, tanto me resquemó que en su día huí de “Neruda & companya” y organicé “Los amigos del gato” y como consecuencia de las tertulias; la revista ¡Hasta Siempre!

       Esta tarde, Sábado 23 de Octubre del 2021, les he abrazado en la puerta del Cronopios.

      Matías ha editado un libro de Rodrigo: La orquesta imaginaria.

      Lo han presentado informalmente, pero cargado de emoción, de  amistad  entre ambos.

      Una novela corta, cortísima pero cargada de contenido narrativo y literario.

     Rodrigo transmite en la novela, esas experiencias cuando observaba en su niñez y adolescencia; la violenta dictadura pinochetista, la pobreza, la dejadez asistencial de los niños recogidos en centros de acogida, lo hace con onirismo, con magia, con esos personajes que invaden la realidad irreal, tozudos, torpes, faltos de luces pero que llevan una carga mas real que la propia irrealidad en la que viven.

     Esta tarde he abrazado a Rodrigo y a Matías, espero volverlos a encontrar para seguir abrazándoles.

                                                   Matías Néspolo



 

 


sábado, 16 de octubre de 2021

UN POEMARIO DE AMOR DESCONOCIDO; ENCONTRADO EN EL TIEMPO.

 

                     He recuperado un poemario perdido entre papeles.


        Lo publico en el “Blog” porque he perdido la ilusión de hacerlo en papel; en libro…De esta manera lo regalo al mundo, a todo aquel que lo quiera leer.

       Soy consciente, que nadie lo presentará, ni me pedirán un apretón de manos por hacerlo.




Y…arde

arde el páramo extremeño

y los montes burgaleses,

rastrojeras onubenses se envuelven en llamas

y…yo…sin poder hacer nada

solo cerrar los ojos…

meditar

y clamar a las fuerzas de la naturaleza

que corten de raíz las llamaradas.


Mis brazos…mi fuerza…mi ternura

desde hace largo tiempo…

desembocan en los recovecos de un cuerpo

¡Un amor!

Un apasionado amor…a punto de sucumbir

como copos de nieve evanescentes en el perdido tiempo.

A ese amor dedico mi vida

mis minutos cálidos,

el frío que recorre mi espinazo desnudo

se debe a mi duda

¡Maldita duda por no saber si resistiré la pérdida de mi pasión.


Y el tiempo pasa…

como una pesada losa de alabastro ebúrneo,

desaparece la razón

la razón desaparece,

la lógica deja de ser un punto racional

donde la irracionalidad se desposa…

Crueles somos

somos crueles

las vivencias se disparan

hacia un agujero negro concentrado.

Todo desaparece

hasta lo mas sencillo

hasta lo mas sentido.

¿Cuándo volveré a escribir lo que mas ansío?

¿Cuándo mi alma volará en la placidez del universo?

Solo me queda continuar soñando…

“La dama del lago” pasa de largo

no observa mi profundo letargo.

¡Cuántas veces he sido acariciado

con la avaricia innata de mi ser amado!

¡Tantas! ¡Tantas! ¡Tantas!

que he perdido la dulzura de sus manos.

Mi lengua entrecortó su respiración,

mi beso selló su entrecejo.


¡No!, no deseo cambiar

¡Que cambie el mundo “REDIOOOOOSSSS”!

que una flor masculina sea capaz de ahogar con pasión

a la ternura de un gladiolo encapullado.

Que conste que se esperar…

no tengo ninguna duda a mi manera de amar,

no tengo ninguna duda…

pero mi amor ¡Mi pasión! esta forjado por el dolor.

Quizá…

solo sea masoquismo.

Quizá…

un día volveré a sentir tedio por transcurrir el tiempo.

¡Y como me gusta observar los ojos llorosos de un hombre!

cuando su sensibilidad se desplaza por un tobogán interminable,

cuando transmite el amor a través de su fuerza

¡Si!, esa fuerza que a veces me ha poseído,

esa fuerza plena de dulzura,

de miel chispeante,

de auténtica locura.

¿Qué sabemos del amor?

¿Por qué lo cuadriculamos en costumbres marmóreas?

¡No soy esclavo de la vida!

¡No soy esclavo de la muerte!

¡Sueño como hombre que soy!

¡Sueño con un hombre porque sus ojos llorosos me enamoran!

 


 

Y pasan los días…

como un vendaval en el desierto,

levantando polvo,

levantando distancia.

El amor que siento cada día es mas apasionado.

Quizá…

menos sincero.

¡Pero como me agrada acariciarme con el glande de mi amado!

sentir el cosquilleo que sus uñas producen.

Amo, porque lo siento.

Amo, porque me da la real gana.

Anhelo absorber los efluvios de sus axilas.

Una vez…

hasta hice un comentario:

,- El amor no existe y menos entre hombres.

fui un “Gilipollas” afirmando semejante mentira.

El cariño y el revolcón

son los puntos de sutura de mi existencia.

¡Dios me puso en el orbe; así!

Para que caminara entre senderos iniciáticos

para que observara a “Damas del lago” pasear entre ellos,

pero también para que me entregara sin cortapisas

al hombre que colocó en mi vida.

Estoy aturdido,

cabalgando sobre una peonza girando eternamente.

¡Esa es mi esclavitud!

desear encontrar cosas que se me derriten

entre mis manos blandas.

En la caverna no hay luz

solo sonidos dispares que me confunden,

revoloteos de murciélagos,

zigzagueos de serpientes,

cosquilleos de cucarachas entre mis piernas,

experiencias extracorpóreas de mis sentidos sutiles.

Todo eso,

para escuchar la canción fatal de los seres del agua,

pero yo soy diferente,

sus sonidos me son indiferentes.

Prefiero los silencios de la caverna,

que un oso cavernícola

me otorgue el abrazo de la vida-muerte.

Tengo miedo a escribir,

a sentir la brisa de los ojos de la noche,

a que mi ser se estremezca cuando acaricien mis pómulos,

a mi seguridad psicológica,

a la procesión de la madrugada,

a la saeta entonada por los esclavos,

a los conceptos disimulados,

a las palabras disgregadoras,

a los escalofríos contradictorios,

a la flor de lis,

a las orquídeas,

a los cipreses que dan sombra “a lo que dirán”,

a los heterosexuales,

a los bisexuales,

a los homosexuales,

a las nominaciones que dan consistencia a nuestra triste existencia,

a las salidas del armario ¡Que estupidez!

a la palabra “Gay”, ¡De la que reniego!

a los “guetos”, ¡Triste realidad cada vez mas extendida!,

a las zonas excluyentes del barrio de Chueca,

a la zona del ensanche izquierdo barcelonés,

a lo que yo transmito,

a lo que juzgo,

a los que son capaces de leer estos versos,

a la incomunicación,

a lo que aísla

a la separación de los seres humanos.

¡Hasta donde puede llegar el miedo!, amiga Laura.

Cierro los ojos precisamente para escapar de él,

pero la obscuridad…la obscuridad

crispa mi estado de ánimo.

¿Te has dado cuenta de los nubarrones?

ya no son como campos de coliflor grisáceos,

¡Son oscuros!, ¡Negros!

como oleoductos ardiendo después de un sabotaje.

Y no creamos que esto son simples metáforas,

la realidad nos está oprimiendo.

¡Como me gustaría escapar del terror!...pero no puedo.

Pobreza,

tristeza,

explotación,

África,

tercer mundo,

primer mundo,

Yankilandia,

Irak,

resto del globo,

cataclismo huracanado.

Ideas que se me escapan por un tobogán craquelado,

proyectos perdidos,

no encuentro el rumbo que me había marcado…

¡Se que hablo de mis problemas!

¡No soluciono el comportamiento de lo que me rodea!

Anhelo a los humanos libres

¡Libres!

No lo estamos Laura…no lo estamos,

nos hacen creer que dominamos nuestros impulsos…

pero no es así,

y escribo estos versos, (si es que lo son),

para tranquilizarme,

¡He gritado!

y ya me puedo sentir tranquilo.

Soy un hombre que cree amar apasionadamente a otro hombre,

pero reniego de ser “Gay”

porque mi corazón no está alegre.

¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?

¿Por qué?

Yo, no pregunto

la respuesta es clara

los muertos pululan por el vacío de los espacios

tropezándose con el caos (la vida),

el vivo está solo,

su unidad se condensa en la nada ¿La muerte?

¡Dios mío!, ¿Cómo nos puedes poner en tal dilema?

acaso ¿No estabas muerto cuando vivías?

…¿No vives cuando estas muerto?

¡Sigo creyendo en ti!, ¿Por qué soy tan majadero?...

Y tanto que seguiré buscando al vivo entre los muertos…

al menos soñaré que estoy vivo

y que alguien saldrá a mi encuentro.


Y…¡Tengo miedo discípulo!

Si

al intuir las cosas tan claras

¡Desprecio a la muerte provocada!,

a la crucifixión sin sentido,

a estar debajo de un túmulo…

y mas…si lo excava uno con sus propias brazos.

¡Siento muchísimo asco a los pajarracos de metal anti-oxidante!

que desprenden cagarrutas de fuego y odio.

¿Hasta cuando?...

¿Hasta que llegue un nuevo profeta-salvador?.

No esperemos…

tomemos nuestras propias flechas y arcos artesanales

y saltemos a liberarnos a nuestros infiernos.

 


 

Amigo discípulo,

¿Quién es tu maestro?

¿Lo has meditado bien?

Tu corazón late acompasadamente,

tu alma se expande por el contorno de tu espacio vital.

Si observas con atención la mirada tierna de tu interior,

te darás cuenta que no necesitas de un maestro-salvador.

Cierra los ojos,

palpa el contorno de tu rostro,

respira lentamente

y habrás encontrado a tu maestro-salvador,

es decir: Tu.

En estos momentos tengo la mente craquelada,

aun

no se que pedazo de tesela analizar…

no se…la verdad que no lo se,

tanto es así:

que mis dedos han tecleado una tecla incierta.

Mi amigo “un discípulo”

hace tiempo que no se asoma para hablar de su salvador

¡Su salvador!.

Yo,

tengo al mío a mi lado,

siento su aliento entrecortado,

sus manos cuando me demuestra amistad y cariño,

su paciencia cuando mi irritabilidad crece por momentos,

su interés por lo que me ocurre

cuando esta mañana

me he levantado con el ojo “a la virolé”.

Nuestro salvador lo tenemos a cada instante

a cada paso de nuestra vida

aunque cada vez nos sintamos mas solos.

¿Qué mas se puede decir de el salvador?,

¿Del etéreo?...

sigo pensando que ese…

¡El etéreo! está muy cerca de nuestros corazones,

¡De nuestro interno!,

de nuestra capacidad de amar,

de nuestra capacidad de servir

al que necesita de nuestra ayuda y le desconocemos.

No es el momento mas adecuado para que mis manos comiencen a teclear desaforadamente el teclado de mi ordenador personal, y poder escribir versos para que terminen formando un poema “sin ton ni son”.

Es la lluvia la que me aturde,

“La dama vestida de blanco” se ha dejado caer sobre la vivencia de un ser agostado por el pasar del tiempo.

Cuando ocurre esto,

te replanteas tus convicciones místicas…

ves frente a frente el rictus de la eterna sonrisa.

Sabes de tu corta existencia sobre el planeta Tierra.

¿A dónde iré a parar?

¿Al seno de la matriz de la nada?

¿A un universo en plena expansión?...

“Tinc por”, traducido al castellano: “Tengo miedo”

Esta expresión me ha salido de mis adentros, en una lengua que he adoptado por amor.

Tengo miedo ¡Ya lo creo que lo tengo!

¡No deseo la sonrisa de la esperada noche!.

De repente te desaparece un ser que has conocido,

pero que apenas has tratado porque no es igual a ti, porque no has llegado a compartir la misma mesa donde se reparte el pan, el vino, el agua,

al que mirabas con cierta pena,

con vida longeva que al final era una auténtica soledad,

donde posiblemente veas el reflejo de tu destino.

¡Tengo miedo!, tengo mucho miedo

a la vida, a la muerte

¿A qué ¡Dios mío!?, ¿A qué?.

Mi misticismo se derrumba como un palacio construido con papel,

la lluvia, es la lluvia

la que lo ha convertido en simple mezcolanza revuelta entre agua y lodo.

A veces…

a veces me gustaría cerrar los ojos para entrar en una realidad esquizofrénica,

lanzar un ósculo a una sima oceánica

y montarme sobre un gelatinoso calamar gigante

para bañarme y empaparme de su tinta viscosa.

Soy el que no controla a su mente

sencillamente porque no me da la gana,

porque me muevo según mis impulsos mas primarios,

quizá…porque solo sea un primate mamífero

que no pueda trepar a los árboles mas accesibles

y se hunde en su misterio mental

para escapar la mas lejos posible de la única realidad existente,

¡La muerte!.

Una por una es una,

dos por dos es cuatro,

cuatro mas cincuenta y siete son sesenta y una

¿Y la razón mas la incógnita a donde nos lleva?

¿A alcanzar la lógica en un puño?

¡Shammmmmm!

La mente no se domina con la razón.

De la muerte no se escapa con la vida

Porque la huída al final es quebradiza como el cristal,

y la vida es muerte y la muerte es vida,

y la contradicción se introduce en nuestros poros sin dejarnos un resquicio para razonar.

Cerremos los ojos,

hagamos caso a nuestros impulsos

y dejémonos llevar por nuestra existencia para alcanzar al final de la muerte – vida,

la vida – muerte.

No se…estoy triste,

abatido,

como si me hubiesen golpeado a media mañana quince energúmenos.

¡Los hay! (energúmenos por supuesto),

últimamente  en el Campus universitario de Madrid,

se hacen notar (por supuesto los mismos de antes),

…pero no preocuparos…

aquí en Barcelona están agazapados

al menor movimiento ¡Zas!

“palo seco y tente tieso”

¡Han vuelto!,

pero…¿Alguna vez se han marchado?

¡No!, están mas envalentonados,

los aires de los nuevos tiempos les son propicios.

Yo, hacía mucho tiempo que no componía versos panfletarios,

Pero…tengo que volver a rimarlos.

Si los olvidamos

llegará nuevamente “la noche de los cristales rotos”.

                                               💥

      Las fotografías pertenecen a la obra ¡Viva la diferencia!, el día que se estrenó en el Festival de “Teatre al carrer” de Tárrega, en 1991.

      Unos diez años mas tarde, se escribió este poemario.

      Rafael Arroyo Villemur, las ha transformado dándoles una veladura de color.

      El poemario es original de: -Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-