miércoles, 23 de septiembre de 2020

Izuaren kobazulo iluna (la Cueva oscura del terror)...Una esperanza desesperanza...Flor...ESPLENDOR EN LA HIERBA.

 

        

          Una coctelera donde se mezcla pasado – actualidad – horror e inspiración a través de unos versos y una mítica película de Elia Kazan: Esplendor en la Hierba.

 


 

 


 

 

Izuaren kobazulo iluna

penetro

en  un mundo oscuro

mente onírica

esa noche de luna nueva

donde las flores languidecen

esa niebla engelante

cencellada

que acaricia mi rostro

para despertar en sudor frío

terror

ante la duda

derrota incrustada en los huesos

jóvenes reuniéndose en cuevas oscuras

pisos francos

escondidos

donde planear sus objetivos

que desembocan en horror

derrota

Elia Kazan

su teatro

su cinematografía

plasma un universo de conflictos

esos jóvenes en Izuaren kobazulo iluna

donde la terrible realidad impera

donde el primer amor adolescente

quiebra

rompe en mil pedazos

la ilusión

pero las flores perduran en la noche

como la belleza que poco a poco languidece

Natalie Wood

se abre en canal

a Warren Beatty

triunfa el amor

claudican ante la realidad

que marca el gran patriarca

locura en residencia psiquiátrica

¿Qué tal estás?

¡Suerte!

ilusión fenecida

todo

pervivirá en el recuerdo

en la belleza

en el esplendor en la hierba

y penetrará en lo mas adentro

de

Izuaren kobazulo iluna

 

                     -Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-

 

      Imágenes bajadas de: Google imágenes.

 

 

 

 

 

 


sábado, 12 de septiembre de 2020

Una ensoñación NO ENSOÑACIÓN para una artista plástica MARÍA ANTONIETA LAVIADA




       

       Desconozco quien gestiona la galería ANTIGUA RULA DE GIJÓN, es una valentía abrir en tiempos de pandemia de las 12,00 a las 14,00 y de las 19,00 a las 22,00 para quien libremente desee contemplar una exposición pictórica, solo hay dos requisitos; llevar mascarilla y guardar una distancia prudencial.
       Del 1 de Septiembre hasta el 15 de este aciago 2.020, expone su obra sobre el mundo del mar, la pintora gijonesa María Antonieta Laviada.
       Le regalo una ensoñación NO ENSOÑACIÓN, escrita sin signos de puntuación, como un torbellino de viento marítimo y poético.





        Y el poeta sintió la necesidad de olvidarse de los nuevos virus emergentes en esta realidad quebrada del siglo veintiuno donde danzan los arcángeles a la luz de una noche de luna llena donde se vislumbran a las libélulas libar el néctar de luciérnagas empapadas del rocío nocturno hasta el amanecer estuvo alimentándose de insectos enfurecidos por el revoloteo de gaviotas traviesas y malévolas esperando picotear a palomas descuidadas hasta la muerte y zampárselas para poder seguir revoloteando ante el poeta que mira al horizonte marino sueña y canta para sus adentros emite una oración silenciosa al místico Dios de los vientos a Eolo al Dios del otro mundo Endovelico se interna en lo mas adentro del océano para bucear buscando sensaciones de misticismo marino suplicando por la curación física espiritual de estos seres humanos que pueblan Ecúmene que disfruten del oleaje salvaje de piélago de acantilados de rocas volcánicas de los buques de cabotaje que navegan por litorales costeros acercarse a un punto de la costa de Gijón en su muelle deportivo visitar la antigua Rula disfrutar del arte marino de María Antonieta Laviada acercarse a ella observarla darle un beso en el entrecejo y llamarla artista.

              GALERÍA DE LA OBRA DE: MARÍA ANTONIETA LAVIADA







           Reportaje fotográfico y textos poéticos:
                               -Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-



miércoles, 9 de septiembre de 2020

Un sueño NO SUEÑO para Nacho González y su CUADERNO PARA UN CONFINAMIENTO.



        Hace unos días paseaba por la calle Magnus Blikstad de Gijón, sumido en mis pensamientos y me tropecé con un gran poeta asturiano Nacho González, me regaló su Cuaderno para un Confinamiento…yo, le regalo un sueño no sueño, escrito sin signos de puntuación como si fuera un torbellino de viento poético.




       Esta noche no he soñado estaba tan introducido en mi dormir que no percibía que por mi mente revoloteaban gaviotas con gritos de alaridos entrecortados al ver a mi cuerpo estremecerse en el satén que envolvía mi estructura física las aves marinas son caprichosas ladronas en la obscuridad oblicua del hipotálamo que se quiebra a la mínima actividad onírica y comencé a contemplar al comisario Montalbano nadar nadar nadar resolviendo casos criminales de la mafia siciliana su bracear armonioso por el Tirreno el Jónico el Mediterráneo envolvente que desde su profundidad mas misteriosa emerge el Minotauro para embestir con inusitada fuerza a la barcaza bogada por Ulises amarrado a los remos de indestructible madera y no sucumbir a las voces de mezzosoprano que brotaban de sirenas palpitantes el rey tauro enamorando a una Penélope zurcidora de añorados hilos en urdimbres de Ariadna y ese universo grecorromano de nuestra cultura mas íntima mas universal donde Nacho González sabe dar forma transmitir el delirio de los senadores romanos filósofos griegos en un ritual ceremonioso poético y de letras envolventes de su Cuaderno para un Confinamiento sin olvidarse de los desheredados de la paz del sentimiento abrazados al hambre al sufrimiento a la huída a la emigración impuesta por los poderes del universo mas abyecto.



                            ODA A LA CENIZA


Aprendimos de un dios evanescente
a no tener piedad de los vencidos.
No, la muerte no es dulce como anunciaban los credos,
ni hay puertas que se abran a otra vida tras ella.

La vida es lo que late en cada amanecida,
el alba, siempre el alba, en que despierta un niño,
los ojos que se agitan frente al azul del cielo,
nombrar todas las cosas, como hacen los poetas,
para que todo siga teniendo un sentido:
la luz iridiscente de los primeros besos,
la calle en que transitan los sueños a deshora,
el rostro que te aguarda detrás de los cristales,
la tierra en que germina el polen del deseo,
un parque, crisantemos…

El resto es esta larga caída de los años
de cuando vamos siendo, camino hacia el poniente,
“plenitud de la nada y carne desgajada”

No, no hay piedad, los dioses saben bien de la muerte,
Esa desnuda llama que se apaga en silencio.

              -Juan Ignacio González (Nacho González)-