miércoles, 22 de diciembre de 2010

Estoy satisfecho...¡Sí, señor!

        
               Estoy satisfecho de la andadura de la revista ¡Hasta siempre!, que coordiné
                                                                                                                                                             desde Octubre de 1.998 hasta Diciembre del 2.003.
             46 números se publicaron y tengo que dar las gracias a todos los poetas y artistas plásticos que colaboraron desinteresadamente en ese proyecto cultural.
             Estoy satisfecho de la colaboración que me prestaron en su inicio: el artista plástico esmaltador Rafael Arroyo Villemur; quién diseñó la cabecera de la revista y del poeta Xavier Sabater; quién se implico de tal manera que fue el responsable de la maquetación de la misma en sus primeros números. Desde entonces Rafael ha llegado a altas cotas como esmaltador; ha ganado premios internacionales con sus piezas (Japón, Salou, Barcelona), se puede visitar su página WEB a través del enlace que tiene en este "Blog" y disfrutar de sus personajes e insectos, princesa y otras piezas esmaltadas. Xavier es poeta, es editor, es organizador de eventos, amigo de la poesía lírica, clásica y un experto consagrado de la poesía sonora y polipoesía, artífice de los festivales internacionales de polipoesía en Barcelona y máximo responsable de la asociación de poetas "LA PAPA".
            Insertaré la cabecera de la revista, ilustraciones de Rafael Arroyo y un poema que escribió a principios del año 2.000 en el número dedicado a Dios. Insertaré también dos poemas de Xavier Sabater que se publicaron en el número dedicado a la polipoesía.







Presencias etéreas (Año 2.000)  Ilustración original de Rafael Arroyo Villemur.



RODRIGO DÍAZ CORTEZ

Ganador con la novela "Tridente del Plata" de la XII edición del premio Mario Vargas Llosa de novela.



Rodrigo Díaz Cortez, acudió durante unos meses a la tertulia que se organizaba semanalmente en el Café del Centre de Barcelona. Recuerdo que leía sus poemas con una voz peculiar, con su acento chileno rasgado lleno de matices quebradizos por la fuerza de sus textos poéticos. Me enamoré del poema que aportó a la revista y que también insertaré para que lo disfrutéis.

HACIA DENTRO DE LA PIEL

Los ojos sólo miran hacia fuera de nosotros
no tenemos unos ojos que miren hacia dentro
¿Qué verían nuestros ojos si miraran hacia dentro?
verían un cuerpo surcado por la sangre
verían los sobresaltos de un corazón que tiembla
verían la desesperación de los pulmones
el martillo que golpea sin piedad en los oidos
el sudor al reverso de la frente
mas espeso que el sudor al anverso de la frente
la débil resistencia de los huesos
las manzanas que caen hechas pedazos por el cuello
el agua que cae turbia de saliva
túneles que no se abren porque solo son túneles
escondrijos donde se forma una materia nauseabunda
el laberinto del cerebro del que nunca se sale
nada hay mas horrible que una cabeza por dentro
en el apéndice el cuerpo hasta pierde su sentido
sólo el vientre de la mujer está repleto de vida
sólo el vientre del hombre esté repleto de impotencia
junto al sexo repleto de potencia
el sexo esa parte del cuerpo que mas se parece al alma
todo está atrapado en la telaraña de los nervios
esto verían tus ojos si miraran hacia dentro
acueductos sangrientos
arquitectura de vértebras torcidas
si tus ojos miraran hacia dentro huirías de ti mismo
tanto miedo hay al interior de nosotros
miedo de que el aire se acabe
miedo de que el agua se termine
pero he aquí que al sexto día en el último minuto
Dios dijo hágase la piel
y con la piel nació la belleza
el milagro de la piel hizo hermoso el cuerpo
la piel que disimula lo que somos por dentro
te arrancas un jirón de piel
y te conviertes en un monstruo
es la piel que impide tu propio cataclismo
piel oscura y blanca entre el hombre y la mujer
piel que se extiende sobre una piel extendida
formando la piel que vuelve sin ser la misma
piel que cambia la turbulencia interior
por la turbulencia exterior de los abrazos
si tus ojos miraran hacia dentro
tu alma allí no encontrarían
no te inquietes porque tu alma no esta tu dentro de tu
cuerpo
esta fuera de tu cuerpo
en las ventanas abiertas de sus ojos hacia el mundo.


Poema original de: Rodrigo díaz Cortez


EDUARD ESCOFET

Poeta y agitador cultural


 

Eduard Escofet no se implicó en el proyecto de la revista ¡Hasta siempre!, en esos momentos estaba en otros proyectos muy interesantes que le han ido encumbrando como uno de los mayores exponentes de la poesía experimental y sonora: entre 1.997 y el 2.000 fue el máximo responsable del ciclo poético viatje a la Polinesia, a partir del 2.000 hasta el 2.004 dirigió Proposta en el C.C.C.B. de la ciudad Cóndal. Es el responsable de la editorial independiente Cèl.lula.
Lo conocí cuando era un adolescente, dirigía y repartía mano en mano su revista Sense tìtol, se acercaba al Café Art Amagatotis a compartir su palabra con los poetas  "adultos adúlteros", transmitía magia juvenil a todos nosotros y llegué a compartir escenario en el teatro REC y en un encuentro poético; con butifarrada incluída que se desarrolló en Cardedeu.
 El Nº 22 de la revista ¡Hasta siempre! le publicó algunos poemas, de los cuales voy a insertar tres.









lunes, 20 de diciembre de 2010

Ante la estolidez religiosa...¡POESÍA SALVAJE!

                 Noticia aparecida en la Vanguardia de Barcelona el 20 de Diciembre del 2.010 y redactada por: Javier Dale.

             


                 Un profesor de secundaria del Instituto Menéndez Tolosa de La Línea de la Concepción (Cádiz) fue denunciado por la familia de un alumno, de confesión musulmana, al considerar que una mención al jamón durante una clase era una ofensa a su credo.
                 El profesor, del área de Geografía, comentó durante una clase sobre los distintos climas de España que el frío propio de la localidad de Trévelez (Granada) favorecía la curación del jamón. El alumno de confesión musulmana interrumpió la clase en ese momento para argumentar que esa mención a un producto porcino ofendía a su religión. El profesor le respondió que sólo se trataba de un ejemplo y que no tomaba en consideración la religión de sus alumnos a la hora de dar clase de geografía, informa Diario de Cádiz.
                 El menor informó a su familia del suceso. Tras hablar con el jefe de estudios del centro, interpusieron una denuncia ante la Policía, que el viernes tomó declaración al docente, como ya había hecho con el menor.
                 El profesor, que suma dos décadas de experiencia docente y sigue ejerciendo su profesión, ha sido acusado de haber cometido un delito de maltrato de obra con motivaciones xenófobas. El Artículo 525 del Código Penal contempla penas de multa para quienes ofendan “los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa”.

                                                 LOS SIETE VELOS DEL SACRIFICIO

                            Día,
                                  día,
                                       día,
                                            noche y día,
                           día,
                                noche,
                                          noche,
                                                    noche,
                                                              noche y día
                                         momentos,
                                         instantes,
                                         gloria,
                                         apoteosis,
                          allá,
                                en la lontonanza,
                          allá,
                                en los alrededores del monte Sión,
                                         preámbulos,
                                         jolgorio,
                                         fornicación,
                                         penetración,
                         lanzas flamígeras
                         penetrantes en las cuevas de Hércules.
                         Tám,
                                 tam,
                                        tám,
                         bacanal,
                                     bacanales judeos-romanos,
                         hombres con hombres,
                         mujeres con mujeres,
                         ancianas con adolescentes,
                         vírgenes que yacen con eunucos.
                         Tám,
                                 tám,
                                        tam,
                         negros eyaculando mirando al sol,
                         gatas en celo maullando con el alarido de los posesos
                         y la danza,
                               la danza,
                                   la danza,
                         la danza de Salomé
                         en lo más arriba de un pebetero de alabastro.

                         -El caos multiplicado por el nirvana de un hindú iluminado,
                         restado por la influencia de la luna en los mares encabritados
                         y dividido por el frenesí de cimitarras arrancando de cuajo
                        cabezas de ajos-puerros.-

                        Cansancio,
                                  sueño,
                                      éxtasis,
                                          dormitación,
                        pesadilla en una noche de estío.
                        Astío sienten los licaones
                        en las abrasadoras sabanas africanas.
                        Y Salomé continua danzando
                        desvelando el secreto de su exuberante cuerpo,
                        los siete velos de satén resbalan
                        entre su piel y el suelo alicatado,
                        embelesado
                                          ha dejado al sátrapa local
                        borracho de néctar y veneno,
                        y la lóngeva ramera
                                                     oficial paridora de monarquías
                                          ¡Influye la muy marrana!
                        para que Salomé solicite la cabeza del disidente
                        del liberado republicano.
                                        ¡Shaaammmm!
                                        ¡Zas!
                        Realidad,
                                realidad huyendo de la tragedia,
                        la realidad de pueblos
                        de pueblos de la península Ibérica,
                        allá,
                              en los páramos de la Extremadura profunda,
                              en las llanuras castellanas,
                              en las estribaciones de la Cantábrica leonesa,
                              de los valles pirenáicos,
                              de las cuencas del Ebro,
                                                     del Queiles,
                                                     del Darro,
                                                     del Génil,
                              se van acumulando la media docena de hombres
                              en la plaza de la aldea y sus alrededores,
                              forman un cortejo
                              que avanzan marcando el paso
                                                                       un, dos, tres,
                                                                       un, dos, tres,
                              se preparan,
                                                 estan alerta,
                              entre ellos se van besando sus pendulones penes.

                              -Las jaurías de hienas hacen lo mismo
                              para autoestimarse unas a otras.-

                             están a punto de llegar,
                             sus músculos son un amasijo de adrenalina,
                             sopla el Levante,
                                          el Mistral,
                                      la Tramontana,
                                          el Cierzo,
                             hace frío,
                             gélida esta la fosqueta donde se resguarda el cerdo,
                             es un verraco viejo,
                             su semén está cristalizado,
                             el matarife afila el gancho y el cuchillo,
                             la comadre se limpia los piojos con sus dedos,
                             sonríe,
                                       sonríe satisfecha,
                                                     bosteza,
                                                           y se echa un pedo,
                            prepara el balde de hojalata,
                            se carcajea,
                                     y espera
                            a la sombra de los siete varones recios.
                            Sin piedad,
                                       sin piedad agarran del hocico al puerco
                            clavándole el oxidado gancho,
                            alaridos premortuarios
                            penetran en los oidos,
                            los niños huyen despavoridos
                            tienen miedo a los chillidos,
                            tumban el tocino en el banco de madera de olivo,
                            el cuchillo está penetrando
                            en lo más adentro de su yugular
                            partiéndola en dos
                            y el marrano se resiste
                                                      todo lo que puede,
                            tiene patas y pezuñas de acero,
                            y la comadre recoge su fuerza vital de un color carmín intenso,
                            con sus brazos revuelve el líquido elemento
                            para que no se coagule con la fuerza del craquelado viento,
                            el cochino expira,
                                            muere,
                            se ha sacrificado por los hombres
                            para que coman sus carnes y sus mondongos,
                            primero le socarran el pelo,
                                                                     lo acicalan,
                            lo izan,
                            como a una bandera
                                                  que no deja de ser un trapo,
                            tan adorado por los patriotas
                            y que los apátridas no le tienen respeto,

                            -Tan poco tienen respeto los hombres de bién
                            cuando abren en canal a sus oponentes
                            oponentes en activo de sus buenas costumbres
                            avariciosas costumbres de guerreros en declive.-

                           Y así exponen al animal,
                                                     ya cadáver
                           en lo mas alto de los atrios,
                           se asemeja a un Cristo en lo alto del madero,
                           proclaman su cristiandad
                           asomándole a la vista del pagano,
                                                                          del contrario
                           y del veterinario de turno
                           que se acerca a recoger la muestra
                           para realizar un análisis de laboratorio,
                           el doctor de animales dá el visto bueno,
                           la matanza está preparada para ser devorada,
                           no existe triquinosis en sus corrientes celulares,
                           la cabeza con sus grandes orejas
                           la asan entre las brasas.
                                                              ¡Cómo nó!
                          Hay que aprovechar el magnífico asado,
                          y así es,
                          que la alcaldesa del pueblo,
                          una soltera vieja,
                                  maciza,
                                         fea,
                         y sobre todo gorda
                                   y vegurrosa,
                        que se las dá
                        de influyente en la comarca
                        por ser la barragana más antigua de esos lares,
                        se empeña en bailar la danza de los siete velos,
                        se acerca apresurádamente
                        hacia el quiosco de la banda municipal,
                        seduce con sus dotes de negra bruja
                        a los seis hombres y al matarife
                        para que le entreguen
                        al final de la actuación,
                        la cabeza de ese triste miserable.

           Poema original de Joseba Ayensa, publicado en la revista ¡Hasta siempre! en el Nº 44 del 2.003
           En el año 2.000 fue incluido en el espectáculo Neruda, gatos, Hasta siempre y otras consideraciones. Estrenado en el Teatre Malic de Barcelona


                                                                 POEMA SALVAJE

                       Gorriones,
                       verderones,
                       petirrojos,
                       codornices,
                       perdices,
                       patos,
                       murciélagos despistados,
                       palomas,
                       gaviotas mesetarias,
                       basura,
                       más basura,
                       himnos,
                       banderas,
                       ilusiones,
                       tradiciones.
                       Golpes,
                        golpes,
                        golpes,
                        galopadas de corceles,
                        yeguas paridoras
                        y sonidos retumbantes.
                        Retumban,
                                        retumban,
                                                       retumban,
                       un trueno, allá a lo lejos,
                       un rayo talando un árbol.
                       ¡Iluminación!.
                       Corren los toros calle abajo
                       buscan la dehesa de sus sueños,
                       los citan,
                       les excitan,
                       ellos embisten
                       contra las vallas,
                       contra el aire.
                       Las mujeres profesan,
                       con cilicios templan sus ardores,
                       ¡Son gilipollas!
                       sus virgos los guardan intactos
                       en cinturones castos.
                       ¡Jodidas!, ¡Que sois unas jodidas!
                       liberaos,
                       corred,
                                  corred,
                                             trotad,
                                                       trotad,
                      id a revolcaros al establo,
                      quemad vuestras pasiones
                      entre vosotras
                                            ¿Por qué no?
                      ó, con jóvenes adolescentes.
                      Acordaros de vuestras tata...tata
                                                                        tatarabuelas,
                      no tenían problemas.
                      ¡Pobrecitas!
                      las trasladaron a las piras
                      porque fornicaban con el gran cabrón,
                      el mardano,
                      el semental del rebaño.
                      ¡Se rebelaron contra el pastor!
                      que las guiaba hacia el tribunal de los cuervos
                      y las entregaba en manos del barbero
                      para arrancarles las muelas
                      y con sus sucios dedos
                      practicarles la ablación.
                      ¡Esto es la reostia!
                      Los sonidos de tambor,
                      tambores,
                                     tambores,
                                                    tambores.
                     Semana santa,
                                           semana santa,
                                                                semana santa.
                    Calanda,
                    Luis Buñuel,
                    tambores,
                                   tambores,
                                                  tambores,
                   desiertos,
                                  estepas,
                                              calor tempranero,
                   sequía,
                              secano,
                                          sequerales,
                  ...¡Y como no!
                  lluvia,
                           lluvia,
                                    sonidos,
                                    más sonidos,
                 más retumbe,
                 mente que se escapa
                 ¡Que me vuelvo loco!.
                 Locura,
                 vesanía,
                 estados de conciencia alterados.
                 Esnifo sabiduría,
                 toso surrealismo
                 de Buñuel,
                 de Dalí,
                 el uno un semental
                 y el otro un divino mirón.
                 Y mucha lluvia,
                 lluvia,
                 humedad,
                 rocío,
                 lluvias torrenciales,
                 lluvias tropicales.
                 Buñuel en Méjico
                 paseando por Chiapas,
                 observando el mar de Valdez
                 mientras los del norte
                 van de pulpos gigantes
                 alargando sus tentáculos.
                 ¡Es una pena!
                                      ¡Una lástima!
                 que no lleguen hasta las Rías Bajas,
                 los gallegos se los cenarían
                 regados con Ribeiro
                 ...Y en Asturias
                        ¡Oh en Asturias!
                 ...nada...
                              nada...
                                        nada...
                buen pulpo,
                mejor marisco
                y las pomaradas
                que santifican la sidra,
                y Pachín de Melas
                haciendo teatro costumbrista
                acordándose de Clarín...
                ¡La madre que lo parió!
                ¡Que anticlerical era!
                Y la Regenta escondiéndose el clítoris
                ante su confesor
                y mostrándoselo al sátiro,
                al burgués cuarentón,
                al hipócrita,
                al que por una apuesta
                la sedujo
                y afiló la cornamenta
                del aristócrata - pobre súbdito
                del príncipe de las tinieblas
                del absoluto,
                del rey de reyes,
                del absoluto corrupto.
                Como Buñuel,
                como Clarín,
                yo
                    por supuesto
                          ¡REPUBLICANO!.


       Poema original de Joseba Ayensa, publicado en la revista ¡Hasta siempre! Nº 44 del año 2.003
       Se recitó en una de las fiestas de la poesía, organizadas por Eduardo Mazo en las Ramblas de Barcelona. Podéis verlo en uno de los vídeos de poesía del "Blog"
                                     
                      
                                            
                         
   

miércoles, 15 de diciembre de 2010

UNA MIRADA OBLICUA.

                   Hace unos quince años una conocida mía me contó un asunto delicado y personal que le había sucedido. Era madre de tres hijos y de una hija tardanera, pero su mayor sorpresa fue que en los inicios de su menopausia se quedó nuevamente embarazada, acudió a una ginecóloga que le aconsejó que no siguiera con el embarazo, pues debido a su edad podría tener complicaciones. Ella decidió seguir hacia adelante y en una de las visitas que realizó para su control, la ginecóloga le hizo una revisión un tanto extraña y después abortó espontáneamente. Esta mujer se quedó "con la mosca detrás de la oreja" y desde entonces tiene la idea que si no se hubiese hecho esa revisión el embarazo hubiese llegado a término.
                  Reflexioné mucho sobre el tema, y cuando una amiga estudiante en una academia de teatro me encargó un texto para un ejercio teatral, no dudé en escribir: Una mirada oblicua, este pequeño ejercicio teatral se quedó perdido entre mis papeles de teatro y poesía y hoy os lo voy a insertar en el "Blog".
                 En el texto estan incluidas todas las claves de mi concepto de teatro como son: monólogo, poesía y transformismo...¡Transformismo delante de el público!, con un simple cambio de imagen sin necesidad de entrar y salir de escena.


                                   UNA MIRADA
                                                           
            OBLICUA

                              Ejercicio teatral de un solo acto.

                                                        ESCENOGRAFÍA


                        Cámara negra, con solo una mesa en el centro del escenario y una silla envuelta con un velo blanco y transparente.
                        La luminotecnia ambientará la historia.

                                                       PERSONAJE
                     
                       Xana.

                                                      ACTO ÚNICO

                      Al comenzar la obra se escucha en “OFF” un largo poema.
                      Desde el primer momento en que se escucha el poema, aparecerá en escena Xana, que es una mujer, pero para el público parecerá un hombre ya mayor con grandes dificultades para caminar y llevará una poblada barba.

VOZ EN “OFF”:               ¡Hay que ver como una mirada oblicua,
                                          se obnubila al observar a un corazón palpitar!,
                                          más aún, si este corazón lo transporta una persona mayor
                                          que a través de sus pupilas
                                          ha presenciado el crimen que ha alterado a su alma.
                                          ¡Nunca olvidará ese instante!.
                                          Sus compungidas venas estallarán
                                          cuando su hembra se recubra con un velo transparente.
                                          Se creyó,
                                                         que alcanzaría la cúspide
                                                          con su machismo primario.
                                          Se creyó,
                                                          que con un mordisco en la nuca
                                                          doblegaría a la doncella.
                                          Y, ¡Quiá!
                                           ni siquiera,
                                                             sintió placer cuando mostró sus fauces.
                                          Ni siquiera,
                                                             logró atrapar un bocado de ternura,
                                          y es que había errado
                                                                            en su intento de ser un errante.
                                          Y es que,
                                          ni tan siquiera había compartido un lugar en el cenit.
                                          Aquí lo tenemos, ¡Huyendo!,
                                          dando vueltas y vueltas sobre si mismo,
                                          lleva muchos años caminando sobre un mismo eje.
                                          ¡Nunca concluye su dolor!.
                                          El dolor es un dolor doloroso
                                          y la redundancia se hace añicos
                                          porque la historia es un ir y venir
                                          sin llegar nunca a una conclusión.
XANA             :      (De repente cambia de actitud, y se vuelve ágil. Se acerca
                           rápidamente al proscenio y encarándose al público se arranca
                           la barba y los ropajes masculinos.
                                Xana es una mujer joven, tímida y vestida con una bata de mujer de
                           limpieza.)
                                ¿Qué hago con toda esta ropa y barba?, ¿La tiro a la basura?,¿Le
                           prendo fuego?. ¡Bah!, no merece la pena. La dejaré aquí sobre la mesa
                           para no olvidar, y para que el recuerdo se evapore en el pleno calor del
                           verano. (La deja sobre la mesa y se queda unos instantes mirándola.)
                           Veo esos pantalones y me dan escalofríos. También tengo miedo a las
                           batas blancas. (Silencio.)
                                He sido violada dos veces, en dos instantes de mi vida que me han
                            marcado. En apenas tres meses viví todo lo que una mujer pueda vivir
                            en toda su vida.
                                ¡No tuve valor de matar a aquel hombre mayor que utilizó mi
                            cuerpo para su egoísta placer!, ¡Nó, no lo tuve!.
                                El muy guarro se quedó dormido sobre mi regazo llorando y
                            pidiendo perdón. ¡Me dio lástima!. Fue algo tan tremendo, tan fuera de
                            toda lógica. (Se sienta en la silla).
                                Tenía veinticuatro años, cuando caminaba por un camino vecinal
                            del pueblo donde fui a pasar quince días de descanso. Me salió al paso
                            un pobre hombre mayor que apenas podía andar, yó, tuve confianza
                            con él (Se levanta.) ya que lo conocía de otros años, otras veces. Por lo
                            general en los pueblos pequeños todo el mundo se tiene confianza
                            ¡Familiaridad!. Estuvimos hablando de tonterías. Me hizo gracia
                            porque pasé un rato agradable con él. Nos acercamos caminando muy
                            lentamente hasta un pequeño huerto de su propiedad. Me ofreció un
                            melocotón recién cogido del árbol. Me despertó un sentimiento de
                            ternura. De repente, así de sopetón, me pidió que le diera un beso. Yó,
                            se lo di en la frente, sin más, como una cosa muy natural, veía en él a
                            mis abuelos, a mi padre.
                                Las consecuencias de aquel beso fueron tremendas. ¡Me dio un
                            bofetón!, sacó fuerzas de donde no las tenía y me arrojó al suelo.
                            ¡Me quedé petrificada!, tan helada, que no supe reaccionar. Abrió su
                            boca desmesuradamente para morder mi oreja (Llora.) y se le cayeron
                            las babas sobre mi rostro ¡Qué asco!, su mano me apretujó uno de mis
                            pechos ¡Que dolor! . (Grita.)
                                ¡Nooooo!, ¿Qué se soluciona con recordar?, ¡Ese instante fue     
                            tremendo!....Pude coger una piedra entre mis manos y abrirle la cabeza
                            en canal, pero nó, yó no podía hacer semejante cosa.
                                Para acabar cuanto antes me dejé hacer. ¡Madre mía!, si apenas
                            pudo penetrarme, ¡No tenía fuerzas!, ¡Apenas se le empalmaba!.
                                ¡No grite!, ¡No pedí ayuda!. Era solo una pesadilla que estaba
                            viviendo, que si me pellizcaba un pezón veía la estrellas de intenso
                            dolor.
                                Cuando terminó se puso a temblar, pensaba que le daba un ataque
                            cardiaco, lloró desconsoladamente, ¡Me pidió perdón!, se quedó
                            dormido encima de mí.
                                Le aparté de mi cuerpo, me levanté y me fui, lo deje allí ¡Cansado!,
                            regresé a la casa donde pasaba mis días de asueto, preparé el equipaje,
                            mis cosas, y me marché. Jamás he vuelto a ese lugar. Nunca supe lo
                            que fue de ese pobre hombre.
                                (Se quita la bata de mujer de limpieza, debajo de ella tendrá otra de
                            color blanco.)
VOZ EN “OFF”:                                   Pegada al recuerdo está Xana
                                                              que se vió privada de su libertad.
                                                              Recubre su cuerpo desnudo
                                                              con un velo transparente
                                                              para conservar al menos su pudor.
                                                              Para que la historia se paralice,
                                                              para que siete gnomos desnuden su bondad.
                                                              Para que la fuente de agua cristalina riegue
                                                                                                                su desnudez.
                                                              Y así,
                                                                       concluya un paréntesis de ignominiosa
                                                                                                                       densidad.
XANA               : (Se coloca una mascarilla.) ¡Doctora he decidido tener al niño!
                             soy consciente que corro ciertos peligros, pero me da igual. Siento
                            que debo tenerlo. No soy culpable de nada, ¡El niño tampoco lo es!
                            (Silencio.)
                            ¿Qué me voy a volver loca?, ¿Qué me recordará a mi violador?.
                            ¡La loca es usted señora!. (Se quita la mascarilla.)
                            Doctora, yo no fui libre para concebir este feto que se encuentra
                            en mis entrañas, ya le he explicado que fui forzada, pero ahora ya han
                            pasado dos meses, veo las cosas de distinta manera. Este feto, ¡Es mi
                            hijo!, no es hijo de aquel degenerado, y como mío que es.¡Lo quiero                          
                            alumbrar con todas las consecuencias!                                                                               En esos momentos fui violada, pero no deseo que ahora me viole 
                            usted con sus discursos morales. ¡La moralidad no sirve para nada!,
                            ¡Es una auténtica mentira!.
                            En estos días he conocido otras mujeres que están en mi mismo caso,
                            y ellas libremente han accedido a deshacerse del feto, y me parece
                            muy bien porque son libres de tomar esa determinación, ¡Ya que no
                            fueron libres para concebir!. Pero yó, he decidido tener a mi hijo, ¿Me
                            entiende?. (Se palpa la barriga.) No se preocupe por mi situación
                            económica, ¡Saldré adelante!.
                            (Se sienta encima de la mesa y recoge el velo transparente que hay
                            en la silla. Se abre la bata a la altura del seno, deja los pechos al
                            descubierto y se coloca el velo por encima.)
                            Mis pechos son muy hermosos y están sanos, amamantarán libremente
                            a la criatura. (Se tumba en la mesa envolviéndose toda ella con el velo)
VOZ EN “OFF”:                                   Denso era el semen que la fecundó.
                                                               Densa era la lástima que sentía hacia si misma.
                                                               El recuerdo de la violación le aturdía.
                                                              ¡Mas, no se sentía culpable!
                                                              su mirada oblicua no podía culpabilizar.
                                                              Era un extraño sentimiento,
                                                              algo que se le escapaba de entre las manos.
                                                              Su cuerpo fecundado temblaba
                                                              porque su fruto no era de amor,
                                                              era un fruto del bestialismo mas primario,
                                                              pero todos sus poros
                                                              atraían con inmensa ternura a ese ser desvalido,
                                                              ese ser que se debatía entre la existencia y no
                                                                                                                        existencia.
                                                              Xana, lo quiso poseer
                                                              para en su no amor, darle amor
                                                              ¡Darle ternura!
                                                              ¡Darle libertad!.
                                                              No quiso volver a ser violada.
                                                              Ella, decidió con libertad.


                                        FIN DE LA OBRA.
             
                                       AUTOR: Joseba Ayensa.