En la noche
blanca de Gijón, cultural, magnética, diferente, donde los museos se abren al
placer de los sentidos, donde las galerías de arte inauguran las exposiciones
temporales del mundo sensorial y onírico de los creadores artísticos, después
de un encuentro con un “Coach” un burgués de una pequeña población seguidor de
una estirpe familiar aburrida, bar, licenciatura de turismo, experiencias
hoteleras, banco adormecido en medio de un parque inquietante pero sin vida,
emerge un influyente entrenador personal para epatar a un reducido público de
que hay que seguir sus pautas para encontrar un sentido sin sentido a la vida
pueril de los mortales…¡Que tedio intelectual vano!...me tropecé de bruces con
la pasión, con el vaho animador de la epidermis fría, a través de un pequeño
bar, una cervecería al costado del antiguo muelle pesquero donde la rula
palpitaba durante décadas, con un glorioso concierto de viola entrelazado con
textos literarios.
Cyrano de Bergerac fornicó con Italo
Calvino a través de las cuerdas vocales de Pachi Poncela.
Entre párrafos y silencios literarios
sonó con ternura y gran fuerza la viola: Bach, Mendelssohn, Grieg, Hindemith,
Casals y como obsequio final a Wagner con viola y sin orquesta.
David Roldán sintió la música con pasión
a través de sus dedos y de toda su epidermis, la transmitió al auditorio en un
espacio reducido entre cervezas, vino blanco, vino tinto, alguna copa de licor
y con la nostalgia de no estar participando en una partida de mus.
David Roldán |
Pachi Poncela |
Dibujo original de: Pachi Poncela
Y el poeta
que escribe estos versos
careciendo
de oído musical
quebró su
alma de emoción.
Fluían las
palabras
la prosa
creativa
un aluvión
de sensaciones
con el
sonido de la viola
emergiendo
de lo mas adentro de piélago
¡Con furia!
y a la vez
sedosa palpitación.
¡Trance
hipnótico musical!
un sueño,
un paseo por
un cuento de los hermanos Grimm,
por la
tormenta de un dolor intenso,
una bucólica
estancia en la pradera,
un encuentro
romántico,
un placer
sin parangón,
y ese “Cant
dels ocells”
como colofón
al delirio de los sonidos
cuando
reventaron las sienes de placer,
ese “Ocaso
de los dioses”
del gran y
temperamental Wagner
con una
sencilla viola…y sin orquesta.
Crónica y poema escrito "A vuela ordenador".
-Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-
Un fuerte abrazo poético a: Kras Klásika (105 fm Xixón)
Fotografías bajadas de: "Google Imágenes".
Recordamos nuestro paseo por Gijón guiados por ti, Joseba. Un abrazo.
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