¡No hay duda! cada vez me siento mas a gusto cuando acudo a los eventos culturales del "Laberinto de Ariadna".
Viernes, diecisiete de Julio del 2.015 en el Ateneo de "La Rosa del Foc", aula de escritores.
José Costero, poeta, novelista y gran compañero de los que nos dedicamos a jugar con las letras, presenta su novela Asesinato de un obispo.
Han pasado veinticuatro horas y ya ni me acuerdo de lo que se dijo, de lo que se comentó en el debate, me queda la constancia de las sensaciones de la densidad del momento, cualquier instante, cualquier palabra, cualquier ademán puede transmutarse en un acto creativo.
José Costero se recrea en su mundo literario, da la sensación que es hombre con una buscada soledad cuando se enfrenta a sus dudas como poeta y escritor. Va dejando sus poemas, sus cuentos, sus novelas como si fuera el legado final...¡Y no lo es!...¡No hay final en el arte literario! ¡Siempre hay necesidad de plasmar la decadencia propia y la de los demás!.
En los años noventa del siglo XX, escribí mi trilogía espiritual, la finalicé con una obra poética que para mi representó un final, pensé que no volvería a escribir con las mismas armas. con la misma intensidad...se titula: Ya no hay tiempo para que las cigüeñas inicien su ciclo migratorio...Continué escribiendo y lo seguiré haciendo...Esto le ocurre a José Costero: No puede abandonar a sus fantasmas de historietas, juegos y poesía.
Se habló de novela policíaca: En la que hay un hecho delictivo, se busca al culpable y se le mete en el trullo. Fin y se acabó.
Se habló de novela negra: En la que hay un suceso anómalo, puede ser un asesinato, una corrupción, una violación, abuso de menores y hasta un golpe de estado. En la novela negra, está la intensidad del momento del hecho, la atmósfera y lugar en el que sucede, las motivaciones, los entornos lúgubres y el alma de los personajes que aparecen y desaparecen del sueño literario.
Todo es casual y a la vez no hay casualidad espontánea en los instantes de la vibración cósmica.
En el Ateneo de "La Rosa del Foc", se hace la presentación de una novela negra: Asesinato de un obispo, en la capital del Cantábrico, Gijón (Asturias) están en plena Semana Negra, una ciudad con una atmósfera gris, lluviosa, húmeda, ¡Cargada de vitalidad!, no solo es la capital del Cantábrico ¡Es la ciudad de la poesía!, hay innumerables poetas, grupos de hombres y mujeres que viven la poesía con intensidad...En esta semana, se han sucedido hechos negros, en el recinto ferial se produjo una pelea y hay un joven de 22 años en coma, por un puñetazo que recibió en el rostro y hace dos días una conocida y joven empresaria gijonesa ha sido encontrada estrangulada en su domicilio.
Las novelas negras, transmiten los sucesos luctuosos de un lugar, un ambiente una sociedad creada a golpes de trancas y pedruscos.
El mismo día en que publico este artículo en un barrio obrero de Gijón, La Calzada, un señor ha aparcado su coche, ha descendido de el con una escopeta, se ha quedado pensativo y se ha pegado un tiro...Suicidio y mas argumentos para una historia negra.
En Gijón se refugió el jefe de la policía de León, después de que su mujer asesinara, con tiro de gracia incluido a la presidenta de la diputación provincial.
Es como si fuera una novela negra inconclusa.
La presentación del libro de José Costero terminó y se inició el momento en que sus compañeros poetas leyesen sus propias obras para finalizar un ciclo, para poner punto y final a un curso anual de literatura y poesía.
Esta es la actitud vital de José Costero, siempre sumido en su pensamiento, soñando con el laberinto poético.
Recité durante el turno de los poetas, le dediqué el siguiente poema, habla del pasado y de los quebrados momentos, de cuando uno entra en vejez, pero en el fondo a uno siempre le marca la niñez, la adolescencia.
¡GRACIAS, DIOS MÍO!
¡Gracias, Dios mío!
¡Gracias!
por haberme hecho diferente
por haber escuchado durante toda mi niñez
la palabra vago...
...¡No!, no lo era...
era sencillamente diferente,
hasta llegué a tartamudear por miedo,
un mundo hostil entre viñedos y sembrados de secano.
Mi mente se disparaba
hacia los ensueños fornicadores con nebulosas,
imaginaba el vuelo de las mariposas quebradas.
¡Que fracaso, Dios mío!
¡Que fracaso!
estudios malparidos
escondidos en los mas oscuro del morral,
escopetas de caza,
viviendo entre hombres fuertes
mientras me escondía entre las conejeras del "cabezo de la Nevera".
Huía con mis manos aterciopeladas
en solitarias idas y venidas explosivas...
...Después...
a rezar entre muros conventuales
de mujeres con calenturientos misticismos.
Era en el hogar,
en el hogar donde el vago rebotaba entre los tabiques
que separaban la tienda
de las venas de la intimidad...
No olvido
¡Es imposible! el pasado retorna
envuelto en miedo
esos puñetazos
esos puñetazos
transmutados en musas líricas...
...musas que me hacen escribir un antipoema...
un antipoema que me hace llorar,
donde el recuerdo
rasga mi intimidad
ahora...
ahora cuando comienzo el deterioro de la vejez.
Vago...
...eres un vago...
¡Nó! ¡No lo soy!
¡Soy diferente!
y hay "cojones"
¡Que feliz soy por serlo!
(Poema escrito "A vuela ordenador la madrugada del Lunes 22 de Junio del 2.015)
-Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-
Pues sí, eres especial. Diferente.
ResponderEliminarYo también he sufrido en mis carnes el pecado de serlo. Por otros motivos.
Tal vez por eso somos poetas. Que se jodan los represones, no han podido con nosotros.
Y gracias por venir a las tertulias, hace falta gente diferente.