miércoles, 22 de julio de 2020

ENMARAÑADA DE SENSACIONES POÉTICAS.



      

        En cualquier lugar, en cualquier instante pueden surgir sensaciones poéticas enmarañadas. 



      "Como poeta; no tengo contención: Lanzo versos al mundo…soy como un perro asilvestrado…¡No se contiene!, defeca cuando se le retuercen las tripas: En cualquier lugar."




                     
     Y...la gaviota voló hacia mi mente, me hizo trizas el alma.

     Estoy olvidando escribir a pulso, soy como un médico garabateando una enfermedad ficticia.

  Los cirros alimentan al horizonte, se quiebran de luz y dudas.



   Si por escribir un aforismo me muero...¡Adiós mundo cruel!


Me he olvidado del agua, del vinagre, el vino me recuerda al que murió en un madero.



Intento escribir pequeños poemas embozado,
triste realidad que las letras no saben transmitir.


No velan por nuestra salud
se agobian ante lo desconocido.


Temen tanto a su propia muerte
que hay que andar con ¡Ojo!
sedan criminalmente a ciegas.


Me gustaría que mis poemas se transmutaran en esperanza de escape.


La mar acaricia mis pies
y me dice: .- Tranquilo que no te engullo.


Sol, viento, Nordeste
ese aluvión de palabras crucificadas.



No soy coherente...amiga mía...
no debo serlo cuando escribo un poema.


¿Os imagináis una orden de lesa criminalidad?
.- Preparados, listos, fuego.
¡Desobediencia!


Han dejado de creer en Dios
en la fuerza de la naturaleza
son endiosados: Suministran morfina.


¡Si! mi trabajo es de total vagancia
Dios dicta mis versos.


Voy embozado...cuestión de ley
un "madero" no es digno de escuchar mis explicaciones.


La viuda no deja de percibir parte de la pensión de su amado
el sistema se enmierda de miseria.


Escribo poemas para ser libre
y si no los escribo: Mi mente vuela ¡Cabrones!


Suspira la naturaleza
observo al horizonte
y la realidad duele.


La mujer viuda, mayor, enferma
derrama lágrimas
en lo mas adentro de su conciencia reclama ayuda, justicia.

 

Si no escribo las gaviotas defecan encima de mí, se carcajean, levantan el vuelo ante mi aullido.



Recuerdo a Cónsol Mascareñas abrazando a la mufla, su eterno amante.



Estoy sentado en mi soledad, alguna dama con perro me observa. Su perro una bestia inmunda, ella; ¡No me gusta!



Crecí en horizontes amplios, en el Valle del Queiles que emerge del Moncayo. Hoy; siento terror a los espacios abiertos, transmutados en UCIS de sanos pretendidamente infectados.



Cónsol Mascareñas esta época no te hubiera gustado, el ecumenismo abyecto, la sanidad quebrada, tu padre; doctor, no podría mirar a los iris: Están opacos.



       Todas las sensaciones poéticas esta escritas por.
                               -Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-

       Ilustración baja de "Imágenes Google" 













      





            







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