Mi pequeño
trabajo o crónica poética, la voy a iniciar con un recuerdo. Siento el fado
como recuerdo, sentimiento, dolor y desgarro.
Entre 1.978 y 1.979, no recuerdo
exactamente la fecha. Había terminado de escribir mi obra de teatro: Bajo el
signo de la libertad y la muerte. Empecé a escribirla estando en el servicio
militar en marina como cabo verde amanuense. Muchas horas pasé en la oficina de
habilitación, con la máquina de escribir imaginando y llenando mi mente de ritmo
teatral.
Mi primer trabajo cuando salí de Tulebras
(Navarra), con dieciocho años, a emanciparme fue el de vendedor de libros y enciclopedias con una editorial
multinacional, en la que un portugués Antonio A. de Freitas y su mujer María
Luisa Quilez Álvarez eran dirigentes. Mas adelante fundaron la editorial
O.M.E.C. con sede en Madrid. Antonio y María Luisa, se interesaron por mi obra
de teatro. Me la publicaron en 1.980, les tuve que ceder derechos y ellos me
dieron 80 ejemplares de 5.000 que publicaron.
No quise quedarme en Madrid, mi destino
fue Valencia para adentrarme en el mundo, navegando en barcos mercantes hasta
que desembarqué en Barcelona. Antonio A. de Freitas me quiso convencer para
quedarme en Madrid, una noche me llevó a una sala de música, que estaba a punto
de cerrar, convenció a los dueños y a las cantantes para que hicieran una
actuación especial para nosotros. Era una sala que pertenecía a un portugués,
especializada en el fado. ¡Me impactó!, precisamente por su interpretación, el
fado me sonaba a una balada desgarradora de sentimiento dolor y añoranza. Me
publicaron el libro, yo salí hacia el mundo y Bajo el signo de la libertad y la
muerte se puede conseguir en librería de viejo, de coleccionistas y por
internet.
Han
pasado muchos años, esta tarde, Mayo del 2.019, he acudido a la sede de la
Sociedad cultural Gesto de Gijón (Asturias) a una conferencia sobre el fado,
disertada por Francisco J. Faraldo, con la audición de fados de Amalia Rodrigues.
Me ha gustado leer tus remembranzas, Joseba. Un abrazo.
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