Gijón, me sigue asombrando por la vida cultural que emerge en los recovecos y rincones de la ciudad. El Domingo, 5 de Mayo, acudí al bajo de un edificio, cuyo propietario cede desinteresadamente una vez al mes para realizar conciertos de música clásica. La iniciativa se llama Sonata Secreta.
El público que acudió al concierto disfrutó de la audición de un octeto de Voces Graves, dirigidos por la directora del coro de la ópera de Oviedo; Elena Mitrevska.
El programa incluía piezas musicales de: Schubert, Mendelssohn, Nielsen, Bartok, Rheinberger y Poulent
Me emocioné tanto, que no he podido evitar escribir uno de mis poemas "A vuela ordenador"
No tengo
oído musical
no se transmitir la emoción
de unos
instantes
de unas
voces
graves
acariciando
la sensibilidad del sonido
ese viento
ese ritmo
esas ramas
que se enmarañan en el espacio
en un bosque
de Centro Europa
esos verdes
esa humedad
esa
tranquilidad
ese
pentagrama musical
que
interpreta el octeto coral
ocho hombres
voces de
bajo, tenor
delicia
como una
cascada que cae
sobre la
alfombra del bosque
un Ave María
hacia el universo
y un dolor
de esa
primera Gran Guerra
que asoló al
mundo
y sigue el
concierto
a capella
sin orquesta
sinfónica
sin
instrumentos de cuerda
de viento
de metal
de percusión
solo voces
solo tenores
solo bajos
un Domingo
diferente
con mi ritmo
poético interno
para
escribir
¡Que emoción
he sentido!
como surgían
los sonidos guturales
de una
directora coral
mujer
dirigiendo
con maestría
a una coral
de varones.
-Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-
Bella crónica, Joseba. Un abrazo.
ResponderEliminar