Recuerdo cuando comencé a escribir "La sutil realidad deja de ser real", fue en la última década del siglo pasado..¡Y...ya estamos en pleno siglo XXI!...empiezo a ser un viejete...nada...nada, yo siempre joven ¡Faltaría mas!. Esta obra se la dediqué a mi amigo del alma Rafael Arroyo Villemur, y cuando la editorial SEDICIONS la publicó en su colección cuadernos informales, Rafa no dudó en aportar las ilustraciones y la portada del cuaderno. Entre los dos decidimos que la edición fuese dedicada al poeta Carlos huerga; pues había fallecido en plena juventud unos meses antes, su padre Florentino Huerga presentó el poemario en el bar literario "Galpón sur", en donde realicé una lectura poética del mismo.
No podía imaginar en esos momentos que continuaría escribiendo sobre el mismo tema dos obras mas: "Alguien lamerá el cactus espinoso para arrancar su lengua a golpes de horca" y "Ya no hay tiempo para que las cigüeñas inicien su ciclo migratorio" (Insertadas en el "blog"), que formarían mi trilogía espiritual.
Para mí, "fue un antes y un después", y desde ese momento en que pensaba que ya había terminado mi creación poética surgió parte de mi poesía mas elaborada e imaginativa.
Hoy inserto: "Y la sutil realidad deja de ser real"con la portada e ilustraciones que aparecieron en la edición.
Esta edición está dedicada
a la impulsiva juventud poética
de Carlos Huerga.
Un abrazo al infinito.
Y LA SUTIL REALIDAD
DEJA DE SER REAL.
Suena una tecla en "fa bemol",
golpeando con sutil vibración el oscuro paréntesis de la mente.
El órgano de madera de boj cruje,
acompañando la escala musical.
¡Y no siento!
¡Y no siento!
¡Y no siento!
No siento el grito de la encrucijada,
cuando una verdad...
...dos verdades...
...tres verdades...
...infinitas verdades,
asoman en el camino de la imperfección.
Cada cual, parte de dos mitades,
dos confluencias hacia la desembocadura de la realidad.
El verde húmedo de las praderas
se confunde con el verde cálido de las pomaradas.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Estos versos transmiten un cuento del..."Erase una vez."
La palabra no contiene el sonido del..."Són cubano."
La palabra contempla el atardecer del día
y la aurora ha dejado de percibir las letras.
Intento transmitir el ocaso de los poros;
rezuman esencia gris del alud de las montañas polares
y el ave vuela para su destino
mientras el chucho sarnoso levanta la pata para arrojar su meada.
¿Qué quiero plasmar en estas hojas en blanco?.
La densidad del bosque imprime mi caracter,
¡Y no encuentro!
¡Quizas...!
¡Ni tan siquiera encuentro mi orgullo!
Los cipreses bailan al compás de la danza macabra.
La procesión de los acólitos emplean adoquines para las barricadas.
La huelga sutil del espíritu se encauza.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Hay que pasear con sutil vibración.
¿Hacia donde?
.-No tengo respuesta.-
Ni mis preguntas penetran en el alma.
Ni mis preguntas encauzan el camino.
¡Ya quisiera yo, atrapar el olor de un crisantemo!
Pero no...
¡Siempre resuena el no
a través de la caída!
¡Escucho la nota del "fa bemol"
a través de una sinfonía interminable!
Revientan mis oídos,
explotan mis manos,
estalla mi percepción caótica
y eyaculo un universo distinto
donde el efluvio lacrimal
inunda mi mística personal.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
A través del viaje vislumbro
como el "fa bemol"
se encadena a la nota "re semi-fusa".
Pero...¿Por qué?
¿Por qué ese delirio?
¿Por qué ese encuentro tan difuso?
¿Por qué esa emanación de triste alegría?
¿Por qué esas contradicciones que levantan el vuelo hacia la verdad?
¡Ah, del rictus de la sonrisa sin alegría!
ese instante intransmisible.
Y tengo la percepción de la sinfonía
que emite un adaggio entrecortado
para reventar las venas del alma,
para que los pétalos de una rosa se suiciden,
para que las espinas
se apoyen en las aristas de la mente.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Y contemplo como la mirada se pierde
hacia un punto del interior
de interno e intenso contenido.
No hay letras.
No hay palabras.
No hay sílabas.
No hay nada que pueda describir el instante de esa mirada.
Y la poesía fluye,
fluye como un torrente de mística universal.
Haz el favor, ¡Dios mío!
¡Mi Dios!
¡Que horror!, solo te quiero para mi mismo,
¡Que horror!, si te atrapo con mi corazón te destruyo,
¡Que horror!, mi alma se apea del infinito para quedarse en la tierra.
¡Dios mío!, no deseo compartirte con mi próximo.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Erase una vez, un fluido indeterminado
que amamantaba sutílmente, el seno de Dios.
Este fluido describía una espiral
en un sentido único. ¡Mayestático!,
de interior a exterior.
¡Y la sinfonía sonaba!
Los labios se dilataban.
¡Y la sinfonía sonaba!
Un torrente de energía discurría a través de la garganta.
¡Y la sinfonía sonaba!
La energía se disipaba
se autoinmolaba
desprendiéndose por un acantilado.
¡Y yo!, canto, continuo cantando
a mi Dios. ¡A mi diosa de la aurora!,
aurora de una realidad irreal.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Y por mas preguntas que me hago
las respuestas se transmutan en caricias.
El preludio musical se transmitía
olvidándose de la nota en "fa bemol"
¡Conciso!
¡Sin ninguna poesía!.
Es el recuerdo de la embriaguez del alma.
Es el recuerdo que se pierde en la niebla.
Es...
¿Qué és?
Un no se qué,
que mantiene una guerra tribal
cuando se duerme el suero cristalizado de las venas.
Y el viento sopla,
rezuma al exterior a través del cristal.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Persisto en el intento de escuchar la sinfonía.
¡Un clarinete!,
"Adaggio compartido."
¡Un violín!,
"Un preludio de incógnita."
¡Un trombón!,
"Un allegro tormentoso."
La marcha sinfónica
es...
¡Un tormento para mi espíritu!
(Una duda en mi cerebro.)
¡Sí!
Ya lo sé, ¡Cojones!,
hablo solo de mi mismo,
me abrasa mi sudor, ¡Mi egoismo!.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Cuando te alcance ...
ni siquiera me daré cuenta
que habré alcanzado
la nada.
Cuando sienta tu aliento...
ni siquiera tu aliento sentiré.
Cuando logre envolverme en tu regazo de sublime amor...
ni siquiera lograré dormitar entre tus brazos,
esos brazos etéreos y cálidos
que hasta llegan a derretir a los icebergs.
Porque eres cálido
también frío,
templado.
¡Oh, que no deseo pronunciar tu nombre!,
porque ni tan siquiera tienes nombre.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Y lloro,
¡Lloro!
¡Lloro!
¡Oh!, ¡Que sufrimiento!
¡Una auténtica agonía!
Se me escapa el aliento,
un simple hálito de comprensión envuelve mi cuerpo mortal.
Y continua la sinfonía
sonando despacio,
despacio,
muy despacio.
Es interminable.
¡Es un relámpago seminal que partió de tí!
¿Quién eres?
No lo sé, ¡No tienes nombre!.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Continuo sin tener conceptos
que amplien mi comprensión hacia tí.
¿Que poder transmites a través de tu energía?
¿Que fuerza inyectas a los vientos?
Dime, ¡Por favor!,
que ni los que no creen
hablan de tí.
Quizás...
se avecine el temporal a través de la llanura,
en un paisaje que no tiene alturas
ni vegetación,
¡Estoy loco!,
¡Absolutamente loco!.
¿Como te voy a ensalzar a través de la poesía
si no eres tangible?...
¡Eres pura energía!.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Es la inquietud la que me embelesa,
ni siquiera el viaje a ninguna parte me inquieta.
Tengo el cuerpo dormido,
frío,
se asemeja a un cadáver.
Músculos relajados,
nervios escondidos en un rincón del cosmos,
párpados ocultando la órbita de mis ojos,
pequeños respiros de vez en cuando.
Una claridad que no es luminosa
me hipnotiza.
Un beso,
un beso cálido al viento,
y vuelo,
¿Hacia donde?
sencillamente no lo sé.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Soy un durmiente no dormido
que clava espinas a la luz del alba.
El horizonte está perdido,
¡Destruido!,
¡Arrasado!.
Aspiro a cantar la oración del ocaso del día.
Estoy herido,
herido con una punzada de amor,
de ese amor que lanza sus llamaradas al Sol.
Me encamino hacia el bosque impenetrable
a lanzar un grito,
un auténtico aullido
donde se mezcla la pasión y el deseo
con el único fin de invocar,
sí, invocar tu nombre.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
¡Tooooonnnnn!
¡Tooooonnnnn!
Danza el badajo en un ir y venir
mientras masas humanas se acercan léntamente
hacia el diámetro de un círculo energético.
¡Tooooonnnnn!
¡Tooooonnnnn!
Los elefantes barritan sin saber por qué,
el león emite un gran rugido de poder,
los impalas danzan el vals, danzan el vals.
¡Tooooonnnnn!
¡Tooooonnnnn!
Y yo, ni, tan siquiera tengo movimiento,
me falta el aliento.
Y el sueño continua, continua, continua.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
¡Tooooonnnnn!
¡Tooooonnnnn!
Los latidos de mi músculo cardiaco se aceleran
como el ir y venir del oleaje salvaje del mar.
¡Tooooonnnnn!
¡Tooooonnnnn!
El campanario continua trabajando
como este mismo instante en que la aurora
se enamora del piélago encabritado.
¡Tooooonnnnn!
¡Tooooonnnnn!
Mi mente se evapora,
mi mente se evapora.
¡Tooooonnnnn!
¡Tooooonnnnn!
Continuo sin poder recitar tu nombre.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Tengo tanto temor
que hasta tengo miedo de ignorarte.
El lirismo onírico me precipita hacia la ciénaga
donde habitan imnumerables y bellas mariposas
con las mas asquerosas sabandijas.
No puedo soñar con la belleza,
no puedo soñar con la fealdad,
no puedo soñar con nada.
¿No te das cuenta que planeo hacia mi cuerpo físico,
sin darme cuenta reálmente de ello?,
¿Como pacen los ciervos en las marismas?,
¿Como trotan los cebúes por la sabana?,
¿Como repta la anaconda entre los grandes ríos?
¿Como saltan las ranas entre las ciénagas?
¡Por favor!, ¡Por favor!, ¿Donde está la experiencia?.
"y la sutil realidad deja de ser real."
Ninguna experiencia espiritual puede ser transmitida,
¡Es personal!,
¡Única!.
Y por fin, ¡Despierto! bajo los compases de la sinfonía.
¡Qué atrayente es el sonido del arpa!,
¡Oh, como suena el laúd!
Es armonioso el sonido de la lira,
el viento amaina,
el mar se calma,
el sol alumbra con todo su esplendor
y la nave musical navega hacia su destino.
Retumba el redoble del tambor,
el gorrión planea sobre el trigal.
El mundo espiritual me hipnotiza
¡Rompe en mil pedazos mi propia experiencia!.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
La paz embriagadora me tranquiliza
...pero pasa el tiempo de un suspiro.
El cascabel del gato resuena
y finaliza esos momentos de olvido.
¡Zaaasssss!
¡Estallan mis recuerdos!
y una lágrima de sangre resbala por mi párpado,
el tuétano de mis huesos
recorre sutílmente mi columna vertebral
para alcanzar la vibración mántrica del ¡Om - Om - Om!
¿Y como expresar esa décima de segundo?
¿Y como rebasar el cáliz del tormento?
¿Tormento?
o, ¿Una gran locura de felicidad?
¡No lo sé!, ¡Sencillamente no lo sé!
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Desde esa nebulosa en la que me encuentro,
desde esa ensoñación
percibo que mi cuerpo físico se corrompe
desde el primer gemido,
el primer lloro,
desde el primer aliento de respiración.
¡Y no tengo poder suficiente!,
¡No lo poseo!.
Ni siquiera tú, utilizas el poder
para paralizar el deterioro corporal.
No soy, mas que una infinitísima parte de tu engranaje.
¡Me utilizas!
como utilizas las tormentas tropicales;
.-pero ellas tienen fuerza ¡Energía!,
y yo. ¿Que quieres que te diga?.-
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Me queda el consuelo de observar tu belleza,
percibir las notas de la escala musical,
responder con mis globos oculares
a las inmensas tonalidades del paisaje,
¡Gozar con mis propios sentidos!,
¡Modelar la arcilla!,
transmutar la misma naturaleza, en arte.
¡No!
¡No se puede arrojar la toalla!
¡Nunca se debe ser cobarde!
¡Hay que coger al toro por los cuernos!
y cantar.
¡Sí!, recitar las delicias de la aurora y del ocaso
abrazarte con sublime amor a un semejante
y recorrer el placer de los sentidos.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Doy grandes saltos por el sendero onírico
envuelto entre nubes de inmensas tonalidades grisáceas.
Apenas, cuatro gotas de fluido acuoso
refrescan mi alegre rostro.
¡Ójala llueva con gran intensidad!
¡Ójala que los barrizales despierten!
¡Ójala que las culebras crien en el cañaveral!
así, podré revolcarme en el barro
y las culebras podrán reptar por toda mi piel,
me acariciaran dúlcemente con su epidermis fría,
se mudaran de vestimenta entre mis piernas
y en esa experiencia tan fascinante
¡Aullaré!
¡Gritaré!,
porque tendré entre mis manos el poder de alabarte.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Y alzo mis brazos hacia los cielos,
¡Rogando!,
como esperando un sutil lamido
que parte de tu imperecedera energía,
porque en una molécula tuya, lo posees todo;
¡Lo que es bueno!
¡Lo que es malo!
¡Lo que es medio!,
y te aprovechas de todo, absolútamente de todo
de lo que se esconde debajo de tus velos eternos.
Y por mas que yo intente escapar,
esconderme entre las aguas oceánicas,
allí estarás tú
para utilizar, ¡Mi niebla!, ¡Mi calima!,
¡Mi respiración helada!.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Unos segundos de tiempo oficial
para huir de los instantes místicos,
acariciar físicamente un vaso de vidrio
y absorber un café cortado.
El camarero me observa asombrado
cierra los ojos y suspira;
.-Este joven atravesará la barra en bicicleta.-
Un viejo juega en la máquina tragaperras,
pierde- gana - gana - pierde,
¡Que ansiedad!
suena la música metálica
con el sonido de las monedas al caer
y yo, comienzo a embargarme de tristeza,
pierdo el sentido.
¡Suenan las trompetas al entrar en trance!.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Deseo controlar lo incontrolable
y me doy de bruces en el etéreo abismo,
¿Que contro voy a tener sobre algo impalpable?.
Siento el aliento en mi nuca
de algo que se me esfuma de mi entorno.
¡Como me gustaría atravesar la cascada!,
esa cascada que separa el mundo etéreo
de mis carnes en proceso de descomposición,
esa cascada que discurre entre riscos
en un acantilado que muere en el infinito.
Quizás...
tenga que robar, ¡Sí, robar una canoa de cristal!,
convertirme en un aborigen del mundo salvaje
lanzarme con ella a las torrenciales aguas
y despeñarme entre tus rocas doradas para encontrar
el significado de tu nombre.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
El violín rechina con estridencia
en una composición contemporánea en fin de siglo.
las jaurías neutrónicas
¡Muerden!, ¡Muerden!
el plutonio enriquecido de un motel de carretera.
Me muerdo las uñas de mis dedos
¡Horrorizado!
el vuelo salvaje en la canoa de cristal
es pura ilusión de un demente.
Esta composición poética
se desenvuelve en pleno caos de letras,
¡De sílabas!,
¡De palabras!,
¡De frases!.
¿Para qué continuar con una obra tan imprevisible?.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
¡Oh, gran criatura de la mañana!
poseedor de las bellezas diurnas y nocturnas.
¡Tú!
que nunca das por finalizado el ciclo de las cosas.
¡Tú!
que modelas en un segundo interminable la creación.
¡Ayúdame!,
¡Sí!,
¡Ayúdame!,
¡Socórreme en mi intento de jugar con estos versos ridículos!,
que a través de tu energía anárquica
logre dar sentido a mi propia vivencia
y que atrape al infinito cosmos
en un simple átomo
en un átomo de mi empequeñecida alma.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Mi apoyo lo encuentro en la oración,
una oración que no dura absolutamente nada,
¡Tan poco!, que ni tan siquiera llega a ser
el momento de guiñar un ojo.
¡Pero es suficiente!,
¡Es suficiente!,
porque en ese instante de reflexión:
puedo arrancar el asidero de un jarrón de porcelana y arrojarlo hacia
los cielos,
puedo observar como una libélula gris se aparea con una rosada en el
camino,
puedo tener la experiencia de zambullirme en las aguas claras de una
laguna del satélite I.O,
puedo tener impresiones de auténtica paz y de auténtica batalla,
y por mas que luche contra la caza del hurón mas cantará la cigarra
del amanecer,
mas danzará el Sol al sonido del reptar de las serpientes,
mas habré alcanzado el sentido de la nada.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Esa nada, auspiciada por el temor,
es la nada que me envuelve en una auténtica sin razón.
Esa nada, que alarga sus invisibles manos
para auscultarme los puntos de energía de mis cuerpos sutiles.
Esa nada, cuando el cuenco universal
recoge la vacuidad del ser para conseguir transmutarlo.
¡Esa nada!
¡Es nada!
¡Y no puedo revelarme!
¡No puedo!
y la chopera a las orillas del río
me obsequia con algo maravilloso
que lo tiene todo. ¡Absolutamente todo!,
en ese regalo está el ser con toda su plenitud
.-Un petirrojo saltando de rama en rama.-
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Aparco mis visiones por un momento
para dar descanso a mi masa encefálica.
Me rasco la espalda para aliviar mis picores,
observo los bardales que hay a mi alrededor.
¡Me inquieto!
¿Qué criaturas viviran entre ellos?
tantas, que ni las percibo.
Pero sé que están ahí. ¡Que existen!
porque la naturaleza es simple, sencilla,
pero también barroca
¡Está atiborrada de vida!
¡Está llena de pasión!,
hasta se puede escuchar la sinfonía de los sonidos.
¡Y me aterro!
¡Son tantos que me encuentro desvalido!.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
¡He sollozado tanto!
¡Tanto!
que ni me queda elemento acuoso
que transpire por mis poros,
pero no me importa
¡No me importa!
porque a través de mis ojos
he intentado transmitir tantas cosas,
tantas experiencias como he podido,
y me he quedado a mitad de camino,
me he quedado sin alcanzar la cúspide
que espolee a todo mi ser a alcanzar la ley,
¡La ley del medio!,
¡La ley de la comprensión!,
¡La ley de tu infinito nombre!.
"Y la sutil realidad deja de ser real."
(La realidad se ha descompuesto
cuando una imagen inanimada
se ha hecho trizas al mirar
a través del díntel de la puerta silícea.)
Una imagen gélida,
templada,
que emite sonidos como una quena andina.
¡Estoy sorprendido por estos signos esotéricos!
de diferentes creencias,
de diferentes filosofías.
¡Es igual que la serpiente repte
por la columna de la mezquita!
¡Es igual que la serpiente mude de camisa
en el pórtico de un convento!
¡Qué mas dá!
¡Qué mas dá!
(Estoy resignado a desprenderme de las materias volátiles de las
cuales estoy construído.)
La realidad es así:
¡Un simple cosmos desmaterializado!
"Y la sutil realidad deja de ser real."
Y has esperado tanto tiempo,
¡Tanto!
para observar el olor profundo de una flor.
(Que ni las cataratas de un gran río olvidaran el perfume de su encanto.)
¿Qué mas dá, que la tibia soledad recubra mi epidermis?,
¿Qué mas dá que olvide?,
¿Qué mas dá que tropiece y caiga de bruces sobre el asfalto?
(Si al final,
¡Al final del tiempo!
he escuchado el susurro de un obscuro sueño.)
"Y la sutil realidad deja de ser real"
PORTADA E ILUSTRACIONES: Rafael Arroyo Villemur
(Artista plástico-esmaltador)
-Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-
Agradezco al editor y poeta Xavier Sabater por la edición de esta obra.
Versos en una continua búsqueda frente a la insatisfacción de la realidad existente. Me ha gustado mucho leerlo, Joseba. Y los dibujos de Rafael, magníficos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pedro
No soy escritora, así que no escribo tan bien como Joseba. Unas pocas palabras al respecto del texto que acabo de leer: transmite,llega,es personal,íntimo,envolvente,cálido y directo. Una catarata de palabras que parece que brotan por sí solas y borbotean.Transmiten fuerza, una fuerza limpia, nítida y como si fuera una fuerza de la naturaleza. Versos para nada 'ridículos'...también pululan por ellos las libélulas. Dices: nada...yo digo: tanto
ResponderEliminarEl anterior comentario ha sido realizado por: Lourdes Mieres.
ResponderEliminarUn saludo