He
recuperado un poemario perdido entre papeles.
Soy consciente, que nadie lo presentará, ni me pedirán un apretón de manos por hacerlo.
Y…arde
arde el páramo extremeño
y los montes burgaleses,
rastrojeras onubenses se
envuelven en llamas
y…yo…sin poder hacer nada
solo cerrar los ojos…
meditar
y clamar a las fuerzas de
la naturaleza
que corten de raíz las
llamaradas.
Mis brazos…mi fuerza…mi
ternura
desde hace largo tiempo…
desembocan en los recovecos
de un cuerpo
¡Un amor!
Un apasionado amor…a punto
de sucumbir
como copos de nieve
evanescentes en el perdido tiempo.
A ese amor dedico mi vida
mis minutos cálidos,
el frío que recorre mi
espinazo desnudo
se debe a mi duda
¡Maldita duda por no saber
si resistiré la pérdida de mi pasión.
Y el tiempo pasa…
como una pesada losa de
alabastro ebúrneo,
desaparece la razón
la razón desaparece,
la lógica deja de ser un
punto racional
donde la irracionalidad se
desposa…
Crueles somos
somos crueles
las vivencias se disparan
hacia un agujero negro
concentrado.
Todo desaparece
hasta lo mas sencillo
hasta lo mas sentido.
¿Cuándo volveré a escribir
lo que mas ansío?
¿Cuándo mi alma volará en la
placidez del universo?
Solo me queda continuar
soñando…
“La dama del lago” pasa de
largo
no observa mi profundo
letargo.
¡Cuántas veces he sido
acariciado
con la avaricia innata de mi
ser amado!
¡Tantas! ¡Tantas! ¡Tantas!
que he perdido la dulzura de
sus manos.
Mi lengua entrecortó su
respiración,
mi beso selló su entrecejo.
¡No!, no deseo cambiar
¡Que cambie el mundo
“REDIOOOOOSSSS”!
que una flor masculina sea
capaz de ahogar con pasión
a la ternura de un gladiolo
encapullado.
Que conste que se esperar…
no tengo ninguna duda a mi
manera de amar,
no tengo ninguna duda…
pero mi amor ¡Mi pasión!
esta forjado por el dolor.
Quizá…
solo sea masoquismo.
Quizá…
un día volveré a sentir
tedio por transcurrir el tiempo.
¡Y como me gusta observar
los ojos llorosos de un hombre!
cuando su sensibilidad se
desplaza por un tobogán interminable,
cuando transmite el amor a
través de su fuerza
¡Si!, esa fuerza que a veces
me ha poseído,
esa fuerza plena de dulzura,
de miel chispeante,
de auténtica locura.
¿Qué sabemos del amor?
¿Por qué lo cuadriculamos en
costumbres marmóreas?
¡No soy esclavo de la vida!
¡No soy esclavo de la
muerte!
¡Sueño como hombre que soy!
¡Sueño con un hombre porque
sus ojos llorosos me enamoran!
Y pasan los días…
como un vendaval en el
desierto,
levantando polvo,
levantando distancia.
El amor que siento cada día
es mas apasionado.
Quizá…
menos sincero.
¡Pero como me agrada
acariciarme con el glande de mi amado!
sentir el cosquilleo que sus
uñas producen.
Amo, porque lo siento.
Amo, porque me da la real
gana.
Anhelo absorber los efluvios
de sus axilas.
Una vez…
hasta hice un comentario:
,- El amor no existe y menos
entre hombres.
fui un “Gilipollas”
afirmando semejante mentira.
El cariño y el revolcón
son los puntos de sutura de
mi existencia.
¡Dios me puso en el orbe;
así!
Para que caminara entre
senderos iniciáticos
para que observara a “Damas
del lago” pasear entre ellos,
pero también para que me
entregara sin cortapisas
al hombre que colocó en mi
vida.
Estoy aturdido,
cabalgando sobre una peonza
girando eternamente.
¡Esa es mi esclavitud!
desear encontrar cosas que
se me derriten
entre mis manos blandas.
En la caverna no hay luz
solo sonidos dispares que me
confunden,
revoloteos de murciélagos,
zigzagueos de serpientes,
cosquilleos de cucarachas
entre mis piernas,
experiencias extracorpóreas
de mis sentidos sutiles.
Todo eso,
para escuchar la canción
fatal de los seres del agua,
pero yo soy diferente,
sus sonidos me son
indiferentes.
Prefiero los silencios de la
caverna,
que un oso cavernícola
me otorgue el abrazo de la
vida-muerte.
Tengo miedo a escribir,
a sentir la brisa de los
ojos de la noche,
a que mi ser se estremezca
cuando acaricien mis pómulos,
a mi seguridad psicológica,
a la procesión de la
madrugada,
a la saeta entonada por los
esclavos,
a los conceptos disimulados,
a las palabras
disgregadoras,
a los escalofríos
contradictorios,
a la flor de lis,
a las orquídeas,
a los cipreses que dan
sombra “a lo que dirán”,
a los heterosexuales,
a los bisexuales,
a los homosexuales,
a las nominaciones que dan
consistencia a nuestra triste existencia,
a las salidas del armario
¡Que estupidez!
a la palabra “Gay”, ¡De la
que reniego!
a los “guetos”, ¡Triste
realidad cada vez mas extendida!,
a las zonas excluyentes del
barrio de Chueca,
a la zona del ensanche
izquierdo barcelonés,
a lo que yo transmito,
a lo que juzgo,
a los que son capaces de
leer estos versos,
a la incomunicación,
a lo que aísla
a la separación de los seres
humanos.
¡Hasta donde puede llegar el
miedo!, amiga Laura.
Cierro los ojos precisamente
para escapar de él,
pero la obscuridad…la
obscuridad
crispa mi estado de ánimo.
¿Te has dado cuenta de los
nubarrones?
ya no son como campos de
coliflor grisáceos,
¡Son oscuros!, ¡Negros!
como oleoductos ardiendo
después de un sabotaje.
Y no creamos que esto son
simples metáforas,
la realidad nos está
oprimiendo.
¡Como me gustaría escapar
del terror!...pero no puedo.
Pobreza,
tristeza,
explotación,
África,
tercer mundo,
primer mundo,
Yankilandia,
Irak,
resto del globo,
cataclismo huracanado.
Ideas que se me escapan por
un tobogán craquelado,
proyectos perdidos,
no encuentro el rumbo que me
había marcado…
¡Se que hablo de mis
problemas!
¡No soluciono el
comportamiento de lo que me rodea!
Anhelo a los humanos libres
¡Libres!
No lo estamos Laura…no lo
estamos,
nos hacen creer que
dominamos nuestros impulsos…
pero no es así,
y escribo estos versos, (si
es que lo son),
para tranquilizarme,
¡He gritado!
y ya me puedo sentir
tranquilo.
Soy un hombre que cree amar
apasionadamente a otro hombre,
pero reniego de ser “Gay”
porque mi corazón no está
alegre.
¿Por qué buscáis entre los
muertos al que está vivo?
¿Por qué?
Yo, no pregunto
la respuesta es clara
los muertos pululan por el
vacío de los espacios
tropezándose con el caos (la
vida),
el vivo está solo,
su unidad se condensa en la
nada ¿La muerte?
¡Dios mío!, ¿Cómo nos puedes
poner en tal dilema?
acaso ¿No estabas muerto
cuando vivías?
…¿No vives cuando estas
muerto?
¡Sigo creyendo en ti!, ¿Por
qué soy tan majadero?...
Y tanto que seguiré buscando
al vivo entre los muertos…
al menos soñaré que estoy
vivo
y que alguien saldrá a mi
encuentro.
Y…¡Tengo miedo discípulo!
Si
al intuir las cosas tan
claras
¡Desprecio a la muerte
provocada!,
a la crucifixión sin
sentido,
a estar debajo de un túmulo…
y mas…si lo excava uno con
sus propias brazos.
¡Siento muchísimo asco a los
pajarracos de metal anti-oxidante!
que desprenden cagarrutas de
fuego y odio.
¿Hasta cuando?...
¿Hasta que llegue un nuevo
profeta-salvador?.
No esperemos…
tomemos nuestras propias
flechas y arcos artesanales
y saltemos a liberarnos a
nuestros infiernos.
Amigo discípulo,
¿Quién es tu maestro?
¿Lo has meditado bien?
Tu corazón late
acompasadamente,
tu alma se expande por el
contorno de tu espacio vital.
Si observas con atención la
mirada tierna de tu interior,
te darás cuenta que no
necesitas de un maestro-salvador.
Cierra los ojos,
palpa el contorno de tu
rostro,
respira lentamente
y habrás encontrado a tu
maestro-salvador,
es decir: Tu.
En estos momentos tengo la
mente craquelada,
aun
no se que pedazo de tesela
analizar…
no se…la verdad que no lo
se,
tanto es así:
que mis dedos han tecleado
una tecla incierta.
Mi amigo “un discípulo”
hace tiempo que no se asoma
para hablar de su salvador
¡Su salvador!.
Yo,
tengo al mío a mi lado,
siento su aliento
entrecortado,
sus manos cuando me
demuestra amistad y cariño,
su paciencia cuando mi
irritabilidad crece por momentos,
su interés por lo que me
ocurre
cuando esta mañana
me he levantado con el ojo
“a la virolé”.
Nuestro salvador lo tenemos
a cada instante
a cada paso de nuestra vida
aunque cada vez nos sintamos
mas solos.
¿Qué mas se puede decir de
el salvador?,
¿Del etéreo?...
sigo pensando que ese…
¡El etéreo! está muy cerca
de nuestros corazones,
¡De nuestro interno!,
de nuestra capacidad de
amar,
de nuestra capacidad de
servir
al que necesita de nuestra
ayuda y le desconocemos.
No es el momento mas
adecuado para que mis manos comiencen a teclear desaforadamente el teclado de
mi ordenador personal, y poder escribir versos para que terminen formando un
poema “sin ton ni son”.
Es la lluvia la que me
aturde,
“La dama vestida de blanco”
se ha dejado caer sobre la vivencia de un ser agostado por el pasar del tiempo.
Cuando ocurre esto,
te replanteas tus
convicciones místicas…
ves frente a frente el
rictus de la eterna sonrisa.
Sabes de tu corta existencia
sobre el planeta Tierra.
¿A dónde iré a parar?
¿Al seno de la matriz de la
nada?
¿A un universo en plena
expansión?...
“Tinc por”, traducido al
castellano: “Tengo miedo”
Esta expresión me ha salido
de mis adentros, en una lengua que he adoptado por amor.
Tengo miedo ¡Ya lo creo que
lo tengo!
¡No deseo la sonrisa de la
esperada noche!.
De repente te desaparece un
ser que has conocido,
pero que apenas has tratado
porque no es igual a ti, porque no has llegado a compartir la misma mesa donde
se reparte el pan, el vino, el agua,
al que mirabas con cierta
pena,
con vida longeva que al
final era una auténtica soledad,
donde posiblemente veas el reflejo
de tu destino.
¡Tengo miedo!, tengo mucho
miedo
a la vida, a la muerte
¿A qué ¡Dios mío!?, ¿A qué?.
Mi misticismo se derrumba
como un palacio construido con papel,
la lluvia, es la lluvia
la que lo ha convertido en simple mezcolanza revuelta entre agua y lodo.
A veces…
a veces me gustaría cerrar
los ojos para entrar en una realidad esquizofrénica,
lanzar un ósculo a una sima
oceánica
y montarme sobre un
gelatinoso calamar gigante
para bañarme y empaparme de
su tinta viscosa.
Soy el que no controla a su
mente
sencillamente porque no me
da la gana,
porque me muevo según mis
impulsos mas primarios,
quizá…porque solo sea un
primate mamífero
que no pueda trepar a los
árboles mas accesibles
y se hunde en su misterio
mental
para escapar la mas lejos
posible de la única realidad existente,
¡La muerte!.
Una por una es una,
dos por dos es cuatro,
cuatro mas cincuenta y siete
son sesenta y una
¿Y la razón mas la incógnita
a donde nos lleva?
¿A alcanzar la lógica en un
puño?
¡Shammmmmm!
La mente no se domina con la
razón.
De la muerte no se escapa
con la vida
Porque la huída al final es
quebradiza como el cristal,
y la vida es muerte y la
muerte es vida,
y la contradicción se
introduce en nuestros poros sin dejarnos un resquicio para razonar.
Cerremos los ojos,
hagamos caso a nuestros
impulsos
y dejémonos llevar por
nuestra existencia para alcanzar al final de la muerte – vida,
la vida – muerte.
No se…estoy triste,
abatido,
como si me hubiesen golpeado
a media mañana quince energúmenos.
¡Los hay! (energúmenos por
supuesto),
últimamente en el Campus universitario de Madrid,
se hacen notar (por supuesto
los mismos de antes),
…pero no preocuparos…
aquí en Barcelona están
agazapados
al menor movimiento ¡Zas!
“palo seco y tente tieso”
¡Han vuelto!,
pero…¿Alguna vez se han
marchado?
¡No!, están mas
envalentonados,
los aires de los nuevos
tiempos les son propicios.
Yo, hacía mucho tiempo que
no componía versos panfletarios,
Pero…tengo que volver a
rimarlos.
Si los olvidamos
llegará nuevamente “la noche
de los cristales rotos”.
💥
Las fotografías pertenecen a
la obra ¡Viva la diferencia!, el día que se estrenó en el Festival de “Teatre
al carrer” de Tárrega, en 1991.
Unos diez años mas tarde, se
escribió este poemario.
Rafael
Arroyo Villemur, las ha transformado dándoles una veladura de color.
El poemario es original de: -Joseba
Ayensa (poeta-cantor.)-
A Juan Ramón y a mí nos ha gustadomucho poder ver tu video y recordar viejos tiempos. Un abrazo.
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