Anna Coleman, artista escultora, entregó su alma y arte a reparar el dolor psicológico de los soldados heridos con el rostro desfigurado y mutilado en la 1ª Guerra Mundial.
Moldeaba rostros con cerámica a través de fotografías para realizar prótesis que trataban de remediar a las horribles mutilaciones que padecieron soldados por impacto de balas y explosiones, algunos sin mandíbula, otros sin nariz…
Sin ninguna duda fue una pionera en lo que mas adelante sería la cirugía estética.
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Ni siquiera sé porque comienzo a escribir un poema
ni siquiera sé
como si fuera un médium
mi alma se quiebra
mis dedos comienzan a teclear
el ordenador no estalla de puro milagro
veo rostros desfigurados
esas víctimas de una guerra mundial
la primera
la de las trincheras odiosas
las primerísimas bombas mutilando cuerpos
rostros heridos
sin nariz
sin mandíbula
lo que es peor sin esperanza
hasta los versos hieren
hieren hasta las letras que forman poemas
una artista
una artesana
Anna Coleman
escultora
se entrega al arte del horror
fabricar máscaras
para esconder el martirio de la mutilación
para que los heridos no se teman
para que no den pavor a sus allegados
para que no se suiciden
esconden la realidad en máscaras
para seguir sobreviviendo
Anna Coleman…olvidada
dio esperanza
años antes
de que emergieran
los cirujanos estéticos.
¡Bravo por ella!
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Fotografía bajada de: Imágenes "Google".
Texto y poema:
-Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-
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