El Domingo 3 de Marzo del 2.019, en pleno carnaval, de madrugada tuve un sueño, paseé por el parque Isabel la Católica de Gijón, sentado en un banco leí el poemario de Estefanía Gonzalez. "Hierba de noche". Horas mas tarde, disfruté viendo por TVE - 1ª cadena la película: "Wind River".
Las sensaciones que sentí las transmito en un trabajo literario combinando la poesía y prosa poética, escrito el Lunes 4 de Marzo.
Se pueden leer como si fuera un todo.
Inicio este
relato
sucumbiendo a un
sueño
en un camión
– autobús
autobús – camión
deslizándose
por un polvoriento
camino
onírico.
Los pájaros
multicolores
cacarean
canciones
chirriantes
duda la
armonía
los sentimientos
tiemblan
recelan
de un
encuentro
intenso de amor
de
desencuentros mutuos
un adulto ya
maduro
donde
prevalecen las canas en su cuero cabelludo
y
ahí
en los vacíos del espacio
se entreabre
la puerta
de
etéreo mármol
y candado de
oro.
.- Por fin
has llegado…hace tiempo que no veo tu rostro
tan parecido al mío…¡Hijo mío!.
Comienza un
abrazo
unos besos
mutuos
llantos en
el éter
donde los azules
invernan en malva
no hay
reproches
dos seres casi
iguales
el celestial
conmina al terrestre
.-Nos
volveremos a encontrar…¡No lo dudes!...
en otro instante
no gimotees
despierta
y no hagas el vago como
siempre,
aliméntate de la
naturaleza
¡Escribe!.
Aquí, estoy,
escribiendo, en un lunes de Marzo, en un cálido día de invierno. Cambio
climático con sensaciones emergentes de un poeta que transmuta a prosaico.
Ayer, antes de irme a dormir y de tener
el sueño que he descrito, vi la película “Wind River”, donde predomina el
blanco y los tonos oscuros de camuflaje en un paraíso natural, en la América
del Norte, en una reserva india, olvidada por las autoridades sin color en la
piel, donde no se vislumbra futuro, donde se subvencionan vidas para mirar el
inmenso paisaje de peñascos salvajes y árboles de hojas perennes, en invierno,
donde copea lentamente, se despeja el horizonte, arrecia la tormenta y la
nevada se hace copiosa, ciega a los humanos a los seres vivos que pueblan esas
salvajes tierras. Cuando los hombres jóvenes de piel pintada, se aburren de ver
paisaje, de no tener esperanza futura se arropan en cocaína, en heroína y en
sueños ancestrales. Emerge el cazador blanco, para ser un matador de
depredadores, esos lobos, esos pumas que arrebatan la vida de sus semejantes
domésticos, estorban a los indios Xoixons y a los rostros pálidos. Entre la nieve emerge
el cuerpo de la guerrera Xoixon, defensora de su tribu, defensora de su
dignidad, esa dignidad humana y femenina que los indeseables poderosos hombres
blancos mancillaron y violaron atiborrados de alcohol y whisky asesinando al
compañero sexual de la joven. Una mujer policía, del FBI, asume la
investigación del asesinato, solicita la ayuda del cazador de depredadores,
este asume el invite, se arropa con vestimentas contra el frío extremo, su buzo
blanco topeado en negro de camuflaje, su fusil de mirada telescópica y va dando
caza a los blancos depredadores de uno en uno hasta que el cóndor sobrevuela
libre los picos de montaña y resuena el eco libertario de los cánticos Xoixons.
Y descubrí “Hierba
de noche”
leyendo
empapándome
de poesía
en un parque
de niebla misteriosa
un Domingo
castaños
retorcidos
sombras que
recorren la espina dorsal
de un lector
en un banco de madera de boj.
Estefanía
Gonzalez
“Una vez fui
al psicólogo”
tembló el
aliento
admirando los
versos
al psicólogo; no lo necesitó
para
aderezar letras
meciendo
palabras
para transmitir un poema
una prosa
poética
en “Reverberación”
su
surrealista imaginación
en un
poemario
que deseó
conservar en atril íntimo
pero emergió
a la luz
para ser
disfrutado
sentado
en un banco
de madera
erosionado
por la fuerza del viento.
Poemas y prosa poética: -Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-
Imágenes bajadas de "Google imágenes"
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