Sigo danzando
ante mi sutil deterioro mental
tengo una lucidez palpable
pero quedan los hilos misteriosos de la incógnita
que me hacen zozobrar
cuando el dios Ra
deja de iluminarme en el atardecer
en el ocaso de la esperanza física
cuando aparece
la luz del onirismo
noche cerrada
experiencias palpitantes
de irreal realidad.
Mis recuerdos provienen de los años sesenta
siglo veinte
bullendo el invierno
las panaderías encienden los hornos
magníficos roscones emanan de ellos
San Blas
sanador de gargantas dolientes
los sacerdotes se transmutan en sanadores místicos
bendicen con amor
los suculentos roscones
que llevan los fieles a las capillas iglesias
la institución eclesial no hace negocio
abre sus puertas mirando al cielo
el siglo veintiuno es diferente
quinientos
setecientos kilos de rosquillas
los venden a los feligreses
las basílicas se transmutan en tahonas
ya no temen al profeta
que se atrevió a aporrear a los mercaderes.
Que gozo eyacular al vacío estando enamorado
que se quiebre la cordura
en esos instantes de felicidad infinita
donde se es capaz de morder a Dios
y escalar la escalera cristalina de los arcángeles
unos segundos donde se muere
palpita el corazón atropelladamente
se abren los ojos
y la comisura de los labios
irradia una alegría que permanecerá
hasta que asome el cansancio del sublime esfuerzo.
Vídeos auto grabados con la cámara del ordenador por: -Joseba Ayensa-.
Poemas y textos poéticos:
-Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-
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