jueves, 25 de marzo de 2021

PIEZA BREVE PARA UN MARIONETISTA

 

PIEZA BREVE PARA UN MARIONETISTA

 

                 Monólogo inédito, sin estrenar escrito en el 2002.

 

       Parte de este monólogo lo escribí en el hospital del Tórax en Tarrasa, durante las horas que permanecí mientras se rodaba la mini-serie para televisión: La Mari…en las pausas mientras preparaban los planos y secuencias para rodar.

       Me influyó la amistad que tenía con el grupo de títeres “La Fanfarra”, que poseían el “Teatre Malic” donde estrené parte de mis monólogos poéticos teatrales…¡Gracias Toni Rumbau!.

 


                                                    A   C   T   O            Ú   N   I   C   O

                                                   ===========================

 

 

                                                                      Personajes: “EL”

                                                                                           ÉBANO.

 

           Escenografía vacía, luces y música ambientaran la historia.

           Un banco de carpintero en mitad del escenario, una estantería en uno de los costados que contendrá los siguientes elementos: Un radio-casette, botellas de licor, una botella de leche, libros, cachivaches de adorno, un pastillero, y encima de la estantería una marioneta de gran belleza y negra llamada Ébano.

 

            “El”, es un hombre de mediana edad, un tanto dejado debido a su adicción al alcohol, artesano fabricante de sus propias marionetas, con las que actúa en teatrillos para niños y adultos.

 

            Al foro del escenario se proyecta una diapositiva de unos acantilados de la costa del Cantábrico, como si la historia se desarrollara en ese idílico lugar.

            Suena música venezolana, o el clásico vallenato colombiano. “El” estará en el banco de carpintero, haciendo un trabajo manual sobre un pedazo de madera. Dejará de trabajar y se contorneará al compás de la música, si es posible, incluso puede tatarear la canción. En un momento dado se cansará, pondrá cara de fastidio, se acercará a la estantería y hará la acción de apagar el radio-casette.

             Por unos momentos todo se queda en silencio. “El” observa con atención lo que está realizando, y de repente mira hacia Ébano, se acercará a la marioneta, sin quitarla de la estantería, la mano de Ébano se la acercará a sus mejillas y se acariciará, después se meterá la mano en la boca y hará gestos y ademanes eróticos con ella.

             Colocará en el radio-casette una cinta y se acercará al banco de carpintero. Comienza a trabajar sobre la madera y la cinta se pone a sonar. Es un poema y mientras se escuche “El” continuará trabajando sin inmutarse.

 

Apenas me quedan cinco minutos,

después ya no escucharé el canto del urogallo.

Con mi caminar cansado me perderé por el estrecho sendero.

Mi grito se ahogará entre la niebla de la cordillera

un eco lejano sorprenderá a mi alma medio adormida,

la luz de un fogonazo me precipitará hacia un abismo del valle

quedaré tendido sobre la mullida hierba-verde

y acariciaré a Xana cuando venga a refrescarme,

cuando los gusanos esperen

a mi inocente dormitación

y los trasgus de la maleza

con sus juegos,

con sus travesuras,

sus risas contagiosas

me eleven para contemplar la fiereza de Nuberu.

        

    Después del poema se para el radio-casette. “El” se queda paralizado mirando hacia la diapositiva.

   Un largo silencio.

 

ÉBANO: (Si el actor es un profesional ventrílocuo será el mismo quién interprete a                                      

                 Ébano y a “El”. Si no es así, las intervenciones de la marioneta serán en

                 Voz en “off”.)

                 ¿Has terminado ya?, papaíto.

“EL”     : Te he dicho mil veces, que no me interrumpas cuando estoy   trabajando. Pierdo la concentración. (Carraspea y mueve la cabeza con resignación. Se acerca a la estantería, coge una botella de licor, se echa un poco en un vaso y de una cubitera saca varios trozos de hielo que los arroja sobre el licor y con el dedo revuelve el mejunje de alcohol y hielo.)

(Mira a Ébano.) ¡Que jodido! (Vuelve al banco de carpintero.) ¡Que trabajo me dais, cabritos!. A veces pierdo la noción de lo que quiero hacer. ¡Me ha tocado hacer monigotes día tras día!. No puedo descansar. (Vuelve a carraspear.)

(Observando lo que está haciendo.) ¡Vas a ser hermoso!, ¡Muy hermoso!.

ÉBANO: (Riéndose con ironía.) ¡Anda ya!, papaíto.

“EL”     : (Enfadado.) Silencio. (Pausa larga.). (Se acerca a Ébano.) ¡Que hermoso eres!, ¡Mi obra maestra!. (Ríe con satisfacción.) ¡La de locuras que hemos hecho los dos!. Recuerdo tu primera frase en el escenario. Fue en un asilo ¡Que vergüenza pasé!, ¿Cómo se te ocurrió semejante barbaridad?, ¡No tuviste vergüenza!. ¿La recuerdas?. ¡Ojalá os entre sordera en mitad de la función!. De esa pasamos directamente a tener un programa de radio propio. (Ríe)

                (Silencio mientras se pasea por el escenario. Mira la diapositiva suspira. Tararea la canción de ballenato, esta vez sin música.) Querido Ébano, me he cansado de ti. Llevo varios años actuando contigo y ya estoy fabricando tu sustituto. De momento no tiene alma, no se da cuenta de lo que pasa a su alrededor. Lo llamaré Palote, y será  un idiota. No deseo que me supere de la misma manera que lo hiciste tú. (Se mira el reloj de pulsera.) Las ocho de la tarde, ya es hora de que me acerque a la playa a darme un baño. (Vuelve a carraspear.)

ÉBANO: ¡No debes!......

“EL”     : Sí debo. Los pulmones no van a poder conmigo. ¡Faltaría más! (Bebe y vuelve a carraspear.) Falta hora y media para que anochezca. Ébano, ¿Tienes miedo a la noche?. Ya sé que a ti nada te da miedo. Llevamos solos demasiado tiempo. Por eso estoy fabricando a Palote. ¡Creándolo de un trozo de madera!, de un pedazo de escoba como quién dice. A ti te hice con un material noble, un pedazo de ébano que traje de  mis viajes por Camerún y Angola. (Piensa.) De Venezuela y de Colombia solo me acompañé de vallenato. Mi querido amigo, estoy acabando mis días, aquí, en un lugar de ensueño junto al mar, pero para mí, es la mayor de las vulgaridades. He venido a caer con mis huesos en mi propia casa, en mi propia tierra. ¡Como si todo el planeta fuera mío!. (Carraspea.). ¡No van a poder conmigo!. Me voy a la playa, esta noche no va a llover, hay luna llena. Tendré la claridad de la noche. No soporto la luz de las velas, con ellas se asoman los aparecidos, vienen a conversar con nosotros los muertos. ¡Yo no quiero trato con los muertos!. Ébano, si quieres te dejo la música puesta, así no estarás solo. La música también tiene alma, también posee su propio planeta. (Se acerca a la estantería y coloca una cinta en el radio-casette. Suena “La danza de la muerte del libro vermell de Montserrat. Coge una vela, la enciende. Hace mutis. Apagón de luz, solo queda encendida la vela y continua sonando la música.  Poco a poco la música dejará de sonar. La luz de la vela queda encendida.)

“EL”       : (Desde fuera de escena.)

 

                   Nuberu acaricia mi piel,

                   es lo que espero en esta noche

                   cuando los ejércitos grises de energía

                   ocultan la claridad de Selené,

                   cuando es abierta la espita de los cielos

                   y la fuerza del agua y de la arena

                   modele formas sinuosas, esculpidas

                   con manos callosas y firmes

                   que ocultan,

                   esconden,

                   no son capaces de trascender

                   las lágrimas de dolor y de placer.

 

                 (Poco a poco se enciende la luz. Aparece en escena “El”.

                  Llega bostezando. Camina firme, no se le nota su adicción al alcohol.

                  Apaga la vela.)

ÉBANO: Buenos días papaíto.

“EL”     : ¡Tonto!. Ayer cogí una buena... Me he quedado dormido en la playa.

             Tengo que continuar trabajando. ¡Uuufff!  , ¡El tiempo que llevo aquí, en este chamizo de ensueño!.

             Necesito volver a contar historietas, reír con los niños, asustar a los

adultos, defecar sobre los estúpidos mea-salves píos de adoraciones

nocturnas y de vísperas pasadas de moda, incongruentes de sus propias

inclinaciones naturales que creen amar a los demás a través de credos y

salves, y solo cometen actos impuros haciéndose pajas mentales.

(Aullando.) ¡Me voy a meter el pito en aceite hirviendo, para no tener

que picármelo en la playa a la luz de la luna llena.!

ÉBANO: Ja,ja,ja,ja,ja.

“EL”     : No te rías, no está el horno para bollos. (Pausa.)

                ¿Deseas que vuelva a manipular tus entrañas?. ¿Deseas que volvamos a los tiempos de “Las maldades de Ébano?

                No me recuerdes esos tiempos o te quito de circulación sin ningún remordimiento.

ÉBANO: Tu medicina.

“EL”     :Si no fuera por ti........ ( piensa.)  ¡Para algo tenías que valer!. (Pausa.)

               Calla, no digas nada, ya sé que no puedo pasar sin ti. (Se acerca a la estantería, coge una botella de leche y un pastillero. Toma una pastilla

y se toma un buen trago de leche a morro.)

               ¡Buen desayuno a base de química y leche! (Pausa.)

               Tengo que volver a trabajar. ¿ ponemos música?. (Hace la acción de encender el radio-casette. Suena el vallenato y se pone a trabajar otra vez en el banco de carpintero. Tararea la canción.)

ÉBANO: (Gritando y sin dejar de sonar la música.) Se lo contaré.

“EL”     : (Muy enfadado deja de trabajar y apaga el radio-casette.)

                ¿Qué le vas a contar?

ÉBANO: Jí,jí,jí,jí

“EL”     : No permito que me faltes al respeto......

ÉBANO: Corre-corre-corre-corre-corre-corre.

“EL”     :¡Me cagüen la leche del negrero!. (Coge la botella de licor y toma un largo trago a morro.)

ÉBANO: No, no, no, no,.¡Es demasiado temprano!, acabas de tomar tu medicina.

“EL”     : Un día no podré más y te destruiré. (Carraspea y se atraganta de licor.)

                Las gaviotas no volverán a revolotear entre la arena de la playa.

                Voy a salir con una escopeta de cañón recortado y las voy a matar a todas

                (Pausa larga.) Si continuo matando gaviotas, a ti, no te destruiré nunca.

ÉBANO: Aquí en la costa nunca se extinguen las gaviotas, para sobrevivir son capaces de comer hasta cerebros humanos.

“EL”     : Estoy enamorado de tu belleza. (Carraspea.) Es por eso.... por lo que puedes continuar torturándome.

ÉBANO: Jí, jí, jí, jí, jí, jí,

“EL”     : ¡Anda ya!, ¡Palote!, se me olvidaba. (Vuelve a trabajar en el banco de carpintero.) Me queda muy poco para terminarlo, entonces seré yo quien se ría (Carraspea.) Estos pulmones no van a poder conmigo.

(Vuelve a carraspear, se cae al suelo.)

(Desde el suelo.) Ahora no me puedes ayudar, estas demasiado lejos, en fin me arrastraré si es posible. . (Carraspea.) ¡Me cagüen la mar salada!, ¡Me ahogo!. (Se levanta.) Tú bien sabes que si me muero te quedas sin alma, que no podrás nunca manifestarte.(Se seca el sudor.) ¿ por qué me has provocado?. Te gusta que este borracho, ¡Eh!.

ÉBANO:¡No!, no, no, no por favor...

“EL”     : (Vuelve a beber licor.) ¡Pues ya está!, ¡Lo has conseguido!. Si bebo me pongo a soñar. Solo tenemos un peligro, que me quede en el sueño, que me encierren y que tu estés metido en una vitrina de un museo, sin ninguna personalidad. ¡Serás bellísimo!, pero a la vez no serás nada de nada. (Se sienta en el suelo muy cerca de la estantería y de Ébano.)Tengo sueño Ébano, lo has conseguido. Deseas que sueñe para ti, deseas que me aleje en el tiempo, hacia atrás, a nuestros añorados años de triunfo y de ensoñación. (La luz se apaga, y por un foco quedan iluminados “El” y Ébano. Están estáticos, sin moverse. El siguiente poema se recitará sin ningún movimiento, solo la voz tiene que transmitir las sensaciones.)

“EL”:

          Corre,

          corre,

          corre,

          corre....

          cual vulgar galgo en la arena de la playa.

          Galopada de placer,

          de ensueño.

          Luces agostadas por el estremecimiento,

          por la duda,

          por la canción silenciosa,

           la huída,

           el instante,

           la vida del que fenece,

           la muerte,

             el ocaso de la rabiosa templanza,

           el orgullo,

           la agitación sin límites,

           el momento del nacimiento,

           el entierro del pecado,

           la contradicción,

           la playa,

           el bosque emboscando a la arena

           al espacio abierto,

           a nuestra vida en común.

          Mis manos moldeando

          el entorno de tus ojos,

          de tu boca,

          de tu lamento,

          de tu tristeza,

          de ese momento de alegría

          aquel suceso que conmovió mis venas,

          huyendo del orgasmo,

          huyendo de tus manos de paja y trapo.

          Me enamoré por que sí,

            simplemente, nos enamoramos

          desaparecimos entre las brumas del antro.

          Estro fue capaz de secar a mi mente,

          hacerme mojama en el desierto.

          No pude darte aliento Ébano,

          no pude animar a tus nobles estrías

          ni huecos de negra madera.

(Se queda adormilado. Pausa unos segundos, continua la misma luz.)

ÉBANO: Cabrón, cabrón, cabrón....

“EL”     : (Desde el suelo, como si estuviera soñando con algo.)

                Ébano, eso no toca ahora. El público no desea asistir a los cantos de una cotorra. Desea que les cuentes cosas, una historia, algo que les haga soñar, que no sufran, que se diviertan. ¡No quieren pensar!, piensan y les da dolor de cabeza. Ellos quieren historias, cuentos, solo desean escapar de la realidad que les rodea.

ÉBANO: Érase una vez.....

“EL”     : Érase una vez.....

ÉBANO: Mil hormigas

“EL”     : Eso, eso mil hormigas

ÉBANO: Tenían un hormiguero tan pequeño

“EL”     : Tan pequeño que no cabían todas en el.

ÉBANO: No cabían todas en el, porque eran muy grandes, muy grandes, ¡Pero que muy grandes!

“EL”     :Muy grandes, pero que muy grandes, parecían ranas, ranas grandísimas

ÉBANO: Ranas grandísimas, grandísimas ranas. Que no. Que no, que en realidad eran ratas, ratas, ratas negras.

“EL”     : Ratas negras, negras, pero que muy negras, tan asquerosas que trajeron  la peste.

ÉBANO: La peste, la peste de color verde, verde esperanza, y conquistaron un solar, un solar muy grande que lo utilizaron para especular, porque tenían esperanza de hacerse ricas. ¡Muy ricas!

“EL”     : Muy ricas, eso muy ricas, ricas. ¡Que ricas estaban asadas a la brasa!, ¡Que juerga, tío!, ¡Que bien sabían regadas con Ribeiro!, ¡Vamos que ni el pulpo!, ¡Va a ser más rico el bogavante, que las ratas negras!

ÉBANO: ¡Va a ser más rico el bogavante que las ratas negras!, ¡No!, no tienen comparación, ni, ni ,ni la langosta, ni, ni ,ni la trucha a la Navarra.

¿El cocido madrileño? ¡Uuufff!, ¡Que asco!. No me compares, ¡La

fabada!, ¿Dices la fabada?, ¡Quiá!, ¡Que no!, ¡Que no!.

“EL”     : ¡Que no!, ¡Que no!, ¡Que no!. Vamos ya de una vez, ¿Qué hay mejor que las ratas negras a la brasa?.

ÉBANO: ¿Mejor que las ratas negras?. Pues muy simple, ¡Es un néctar de los dioses!, ¡Una delicia cósmica!, pues. ¿Qué te voy a decir yo?. ¡Las

sanguijuelas al vapor!, rehogadas con cagaditas de niño pobre.

“EL”     : Rehogadas con cagaditas de niños pobres. ¡Ya no se lleva eso!, ¡Está pasado de moda!, ¡No hay pobres!. Todos tenemos una casita en el bosque para disfrutar de las delicias de Xanas y Trasgus. Y aviones que funcionan con energía mental, te metes en ellos, te concentras un poco, y ¡Ale! al  sitio de destino.

ÉBANO: Al sitio de destino. Me han dicho que esas sanguijuelas se comen como aperitivo. ¡Que son un signo de distinción!, ¡Carísimas!. Pero que los niños pobres no cobran nada por sus cagaditas.

“EL”     : Por sus cagaditas, ¡Que van a cobrar!, ¡Sería una vulgaridad!. Además imposible cobrar nada.... llega el mensajero de turno, las recoge, y les da un vaso de leche cortada con pastas caducadas para que fabriquen más cagaditas, y el bufón de los sapos cornudos les hace una función de teatro, y ya está, ¡Se acabó la historia!.

ÉBANO: La historia no existe, tío. ¡No hay historia!, los sapos cornudos se la hacen a su medida, ¡Hasta los hematíes los tienen distintos!.Hematíes, ¡Que distinción! Papaíto. Los sapos cornudos aparecen en cuadros, sellos, monedas, películas, la Biblia en verso. No necesitan ni comer.

“EL”     : Ni comer, ni comer, han trascendido a sus necesidades. No necesitan trabajar, ¡Que van a trabajar!. Los esclavos les escriben los discursos, tanto es así, que hasta se los dan leídos.

ÉBANO: Leídos, ¿Tu crees que leen?, si lees piensas, pero como no piensan es que no han leído.

“EL”     : Contrólate Ébano, que vamos a salir corriendo por pies, que no es el momento de hacer críticas. Nosotros sí que estamos trabajando, que nos han dicho que si queremos la subvención tenemos que ser buenos.

ÉBANO: Buenos, ¿Yo bueno?. Quiero ser malo, quiero ser malo, quiero ser malo. Cabrones, cabrones, cabrones, cabrones más que cabrones. Los tenéis tan grandes que no os cabe la boina, ni la gorra, ni el sombrero, ni el bombín, ni la chistera, ni la montera, ni el Ros, ni el tricornio, ni la corona de espinas, ni la corona........

“EL”     : Calla-calla-calla-calla, ¡Que nos encierran!

AMBOS: Colorín – colorado esto se ha acabado.

                (Apagón de la luz. Se vuelve a encender la luz general del escenario. “El”continua en la misma posición, durmiendo y roncando.)

ÉBANO: Papaíto, papaíto, ¿Estas bien?. Anda.... deja ya de roncar. Despierta, que yo no puedo pedir ayuda, no me puedo desplazar. Has bebido demasiado, no te puedes poner así por una broma. Además te has comprometido a darme un hermanito. ¡Si le has puesto nombre y todo!. Se llama Palote, (Insiste.) Palote, Paloteee. No te preocupes, no le voy a contar nuestro secreto. Tampoco le contaré que llevas diez años haciendo más hermanitos, y que para poder subsistir y poder pagar tu adicción a la medicina y al alcohol los has ido dando en adopción, por suculentas cantidades de dinero. ¡Derrochador!, que eres un derrochador. Yo no consumo nada, me quedo en casa...... sin embargo tu.... y luego no tienes bombillas, nos iluminamos con velas. ¡Con el miedo que les tienes!. Por eso duermes en la playa, porque te dan miedo tus propios fantasmas. Has caído enfermo porque en esta tierra de ensueño llueve mucho, hay mucha humedad, y duermes demasiadas veces al raso.....¡Papaíto!, ¡Papaíto!, sé bueno, no te quedes en coma etílico. ¡Reacciona!. Sé que deseas volver al escenario. ¡No lo hagas conmigo!. Yo comprendo que tu éxito surgió del alma que me otorgaste, pero eso ya se ha olvidado después de tantos años. Ahora lo tienes que intentar con Palote. Tú le das alma, y otra vez a triunfar. ¡Papaíto!, yo también tengo miedo. Cada vez que me dejas solo, dejo de sentir, me quedo mudo, ciego, paralizado. Recuerdo una vez que te fuiste a dar en adopción a cinco de mis hermanitos. Y se perdió por aquí, una bella mujer, yo no pude responder a sus insinuaciones, sentí que me abrazaba, que se ponía a bailar conmigo muy enamorada de mí, ¡Obnubilada!, por mi hermosura negra, despuésme dejaba recostado sobre el suelo. Y  yo, papaíto. No pude explicártelo nunca. Pensaste que me había caído de la estantería, que había entrado un fantasma y había querido jugar conmigo. Pero papaíto, ¡No te das cuenta!, estas en una de tus crisis, de tus ausencias, y ¡Estoy vivo!, puedo hablarte, puedo tener sentimientos. ¡Me has hecho perfecto!, ¡Soy una imagen de ti!. No solo eres marionetista, si no que eres creador. ¡Anda!, ¡Despierta!. Tienes que volver a crear, tienes que terminar a Palote. Termina tu trabajo por favor.

“EL”    : (Haciendo signos de querer despertar.)

               ¡Aaayyy!, ¡Mi cabeza!, todo me da vueltas.

ÉBANO: ¡Papaíto!, ¡Papaíto!, ¡Papaíto!, ¡Estamos vivos los dos!. Volvemos a tener vida. ¡Ahora tengo más autonomía!. Con mi poder mental puedo hacer cosas maravillosas, ¡Milagros!. ¿Quieres que ponga música?, ¿De esa que te gusta tanto?. (Suena música de ballenato.)

“EL”    : (Haciendo grandes esfuerzos.) Ébano, no me vuelvas a provocar, la próxima vez no habrá retorno. (Se levanta. Se estira y se arregla un poco el cuerpo. Tararea la canción. Se acerca al banco de carpintero. Vuelve a trabajar sobre Palote.) No sé que hora es, ni en que día estoy. Me da la sensación que he estado bastante tiempo con una de mis crisis. (Mira al reloj.) Son las ocho. ¡No se ha movido el reloj!. ¡Pero si, el sol!, deben de ser las ocho de la tarde, la hora del baño.

ÉBANO: ¡No!, ¡No debes!, quédate esta noche en casa.

“EL”     : No te preocupes, antes de irme tengo que acabar mi trabajo. (Deja de sonar la música.) Así que le vas a decir a Palote nuestro secreto.

ÉBANO: No, no ,no.

“EL”     : Se lo puedes decir si quieres. Ya no importa, nada tiene importancia. ¿Qué me enamoré de ti ?, ¿De un pedazo de madera de ébano?. ¡Eres mi mejor obra!, ¡Mi mejor trabajo!. Ébano, tu nunca podrás ser como Luzbel, aquel que se rebeló contra su creador, porque yo te he hecho diferente a mí, no tienes mi naturaleza. Podrás tener más o menos autonomía, pero no dejas de ser un híbrido, el resultado de mi cuerpo enamorado y de un trozo de materia inanimado. Eres como un hombre, ¡Imperfecto!. Nada, hijo nada, estoy a punto de volver a parir. Aquí te dejo al hermanito que tanto deseas, para que te haga compañía. (Carraspea.) ¡Aaayy!, ¡Que dolor!. (No deja de carraspear.) ¡ Que poco me falta ya!. ¡Palote!, estás a punto de nacer, de ser una marioneta, una simple marioneta como tu hermano “el bello Ébano”. Eres feo, distinto, tendrás naturaleza humana, nunca podrás rebelarte contra mí, contra tu destino. Podrás transformar tu entorno, serás un depredador de ti mismo y de la naturaleza que te rodea, pero Ébano, será superior a ti. (Se acerca a la estantería, pone una nueva cinta en el radio-casette, será la danza de la muerte del libro vermell de Montserrat. Regresa al banco) Palote, ya has nacido, te falta el aliento. (Mira largamente a Palote sin decir nada. Sopla a Palote, y sobre la música que está sonando se escucha lloriquear.) ¡Ya tienes aliento!, ¡Ya tienes alma!. ( Pausa larga mientras sigue sonando la música.) ¡Por fin voy a ser libre!. (Deja a Palote junto a Ébano. Apaga el radio-casette. Carraspea varias veces. Respira con profundidad y muy satisfecho.) ¡Por fin soy libre!. (Mira a las marionetas) Aquí os dejo, en la casa, en el taller con todos vuestros elementos.Yo me marcho. No deseo volver a crear. Escapo hacia el mar, hacia la naturaleza, hacia la maleza, hacia el bosque. Luego algunos vendrán por aquí, ¡Os descubrirán!, ¡Verán mi obra!, y mi grandeza. Os internarán en un museo, en una vitrina. Os iluminarán, y vendrán centenares y centenares de visitantes a veros, pero os faltará mi aliento y mi propia vida. (Se apaga poco a poco la luz hasta quedar en tinieblas, y se vuelve a escuchar el primer poema de la obra. Después sonará a fuerte volumen la danza de la muerte del libro vermell de Montserrat.)

 

Apenas me quedan cinco minutos,

después ya no escucharé el canto del urogallo.

Con mi caminar cansado me perderé por el estrecho sendero.

Mi grito se ahogará entre la niebla de la cordillera,

un eco lejano sorprenderá a mi alma medio adormida,

la luz de un fogonazo me precipitará hacia un abismo del valle,

quedaré tendido sobre la mullida hierba-verde

y acariciaré a Xana cuando venga a refrescarme,

cuando los gusanos esperen

a mi inocente dormitación

y los trasgus de la maleza

con sus juegos,

con sus travesuras,

sus risas contagiosas

me eleven para contemplar la fiereza de Nuberu.

 

 

 

 

                                       F Í N      D E      L  A      O B R A.

      

     

AUTOR: -Joseba Ayensa (poeta-cantor.).

FOTOGRAFÍA: Rafael Arroyo Villemur.