domingo, 23 de febrero de 2020

"El pintor de batallas"...Sensaciones poéticas...Acróstico.




         Durante un mes, he estado leyendo una novela que me ha impactado de Arturo Pérez-Reverte: El pintor de batallas.
        Las sensaciones que me ha producido he intentado transmitirlas a través de un acróstico construido con el título y nombre del autor.




Erupcionaba el volcán Popocatépetl
el doctor Alt observaba
el amor odio acumulado en sus cenizas.

Latente intriga, esa belleza que se desplaza
esa  elegancia portadora de cámara fotográfica
acariciando óleos en galería de pesadillas.

Permanece la noche
dos seres se encuentran
hombre mujer y se topan  con la guerra.

Inquietaba la vida muerte
dos reporteros gozando el instante
que se transmuta en sangre y suero.

Notas escritas en un bloc atiborrado de letras
bocetos que muestran la violencia
cámaras fotográficas yaciendo en la nada.

Todavía queda esperanza
a pesar del odio en las aceras encharcadas
de sangre que emana de los asesinados.

Olimpiada de atletas escapando del tiroteo
los fantasmas se acumulan en el recuerdo
necesito plasmar el instante con una fotografía.

Riachuelos poblados de maleza
víboras que reptan, murciélagos que liban
el pintor escapa del veneno de las alimañas.



Duele el alma
se quiebran los dedos
duda  del encuadre fotográfico.

Emociona ese momento sublime
un segundo…¡Ya!...explota la mina antipersonal
la reportera se tambalea, muere.

Bajada a los infiernos
ese cadáver que hiere
el placer se transmuta en miedo hirviente.

Amanece, anochece, tiembla el sol
la luna oscila, resuenan las bombas
batallas de luz, batallas de sombras.

Tímpanos estallan, trabucos disparando
hombres a garrotazos
Goya, horrores de la guerra grabados en aguas fuertes.

Alumbra la tea ígnea
a dos amigos, enemigos
el fotógrafo y el ocasional modelo.

Líneas, líneas, líneas
oscilantes, rígidas, tormentosas
un pincel, un machete, un revolver.

Luces, sombras, tinieblas, esa boira que atemoriza
ojos transparentes con mirada perdida
un soldado, fotografía premiada.

Aún impresiona “El triunfo de la muerte” de Brueghel
en la pinacoteca del alma
de un ser inocente, culpable.

Sucedió en Libia, en Namibia, en Sudán
en Irak, en Irán, en Siria, en Afganistán
todas ellas englobadas en Yugoslavia.



Acaba la cordura, la sensatez
esa sempiterna locura de escapar
¿De dónde? ¿A dónde?.

Reconcome esa malévola conciencia
¿Por qué soy reportero gráfico?
inquietante motivación que culpabiliza. 

Truena, relampaguea
por el horizonte asoman los cazas de combate
aviones con sus bombas y los amantes fornican.

Ululan las sirenas
vaivén de emociones
heridos con la danza del francotirador. 

Rostro ennegrecido por el temor
el humo lúgubre del bombardeo
mirada descompuesta por el instante del terror.

Obedece el pintor, acata a su intuición
el modelo va tramando su venganza
con una frialdad que hiela los sentidos.

Pulsiones innatas, deseos incontrolables
esa cámara, ese objetivo, ese encuadre perfecto
falta la bala asesina.

Él…palidece…ante la duda
¿He sido coherente en el devenir de mi profesión?
¡Angustia vital!, solo queda huir.

Refugio en aparente soledad
celda de meditación
deseos de pintar el horror, la ternura, la caricia de la cimitarra.

Excitante luz nocturna
un faro con cimientos en el borde de un acantilado
las gaviotas que gritan en la aurora.


Zumbidos rompiendo los tímpanos
te mataré
la conciencia será el brazo ejecutor.




Rebeldía de los soldados sin rostro
calaveras cabalgando jamelgos
Ucello los contempla en su magistral obra.

Expiación de culpa
ese pecado de fotógrafo flagelado
sucumbiendo en la “Batalla de San Romano”.

Vivir sin vivir
el pintor se enamora de sus óleos
escucha el cantar de una sirena.

Entona con convicción esa sinfonía
no termina…suena…suena
en un piano: La marcha fúnebre de Chopin.

Recorrido turístico
pueblo marinero, faro endiablado
un artista escapando de su memoria.

Túmulos transmutados en olas salvajes
deseo de nadar
junto al asesino de sueños.

Expira el fotógrafo de la mirada herida
nadie le ha asesinado
él, se ha dejado arrastrar por piélago encabritado.

        Acróstico compuesto de poemas de tres versos, escrito durante el Domingo 23 de Febrero del 2.020.
                                -Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-

       Ilustraciones bajadas de: "Imágenes Google"