sábado, 28 de septiembre de 2019

Noche Blanca...Gijón...La genialidad de DAVID ROLDÁN y PACHI PONCELA.



        En la noche blanca de Gijón, cultural, magnética, diferente, donde los museos se abren al placer de los sentidos, donde las galerías de arte inauguran las exposiciones temporales del mundo sensorial y onírico de los creadores artísticos, después de un encuentro con un “Coach” un burgués de una pequeña población seguidor de una estirpe familiar aburrida, bar, licenciatura de turismo, experiencias hoteleras, banco adormecido en medio de un parque inquietante pero sin vida, emerge un influyente entrenador personal para epatar a un reducido público de que hay que seguir sus pautas para encontrar un sentido sin sentido a la vida pueril de los mortales…¡Que tedio intelectual vano!...me tropecé de bruces con la pasión, con el vaho animador de la epidermis fría, a través de un pequeño bar, una cervecería al costado del antiguo muelle pesquero donde la rula palpitaba durante décadas, con un glorioso concierto de viola entrelazado con textos literarios.
        Cyrano de Bergerac fornicó con Italo Calvino a través de las cuerdas vocales de Pachi Poncela.
        Entre párrafos y silencios literarios sonó con ternura y gran fuerza la viola: Bach, Mendelssohn, Grieg, Hindemith, Casals y como obsequio final a Wagner con viola y sin orquesta.
       David Roldán sintió la música con pasión a través de sus dedos y de toda su epidermis, la transmitió al auditorio en un espacio reducido entre cervezas, vino blanco, vino tinto, alguna copa de licor y con la nostalgia de no estar participando en una partida de mus.

David Roldán

Pachi Poncela


                                    Dibujo original de: Pachi Poncela




Y el poeta que escribe estos versos
careciendo de oído musical
quebró su alma de emoción.
Fluían las palabras
la prosa creativa
un aluvión de sensaciones
con el sonido de la viola
emergiendo de lo mas adentro de piélago
¡Con furia!
y a la vez sedosa palpitación.
¡Trance hipnótico musical!
un sueño,
un paseo por un cuento de los hermanos Grimm,
por la tormenta de un dolor intenso,
una bucólica estancia en la pradera,
un encuentro romántico,
un placer sin parangón,
y ese “Cant dels ocells”
como colofón al delirio de los sonidos
cuando reventaron las sienes de placer,
ese “Ocaso de los dioses”
del gran y temperamental Wagner
con una sencilla viola…y sin orquesta.

          Crónica y poema escrito "A vuela ordenador".
                             -Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-

         Un fuerte abrazo poético a: Kras Klásika (105 fm Xixón)

         Fotografías bajadas de: "Google Imágenes".





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