Reflexiones poéticas sobre el libro- vídeo de Alejandro Céspedes
LAS CARICIAS DE FUEGO
Sigo paseando por las calles húmedas de
la misteriosa ciudad del Cantábrico; Gijón…y con mi quehacer diario y poético,
me tropiezo con auténticas maravillas del ritmo cultural que se desarrolla en
sus contornos; ayer tarde, 7 de Noviembre de este quebradizo año 2.018, me
acerqué a la Antigua Escuela de comercio a una jornada convocada por GESTO
“Encuentros Cálamo de poesía”, a la presentación del libro-vídeo “Las caricias
del fuego” de Alejandro céspedes.
Fue Alejandro quien presentó la bella edición del libro, y película
documento transmutada en poema, y el largo poema transmutado en una gran
película, con imágenes contundentes, cargadas de verdad y que llegan a lo mas
adentro de los tuétanos, con la voz en “Off” de Alejandro, diciendo con
destreza el texto poético, esas prodigiosas cuerdas vocales, de voz grave
transmitiendo la VOZ propia de un gran poeta gijonés.
Esa niña mujer y esa mujer niña, denunciando los abusos sexuales de su
progenitor, esa protésica mano de madera penetrando entre sábanas blancas
rugosas, esa lágrima cayendo a las aguas estancadas, sucias, ciscos de un pozo
freático, esos plásticos envolviendo a la niña mujer a la mujer niña sonando la
rasgadura de los mismos como si fuera un adagio interminable de un erotismo
doliente, ese bidé, esa bañera corroída por el paso del tiempo, a los cinco
años, a los seis, a la adolescencia rebelde y al ¡Basta ya!, de la piedra, de
la roca machacando el cráneo y del fluir de los sesos desembocando en el polvo
de la verdad mas doliente, de la sexualidad impuesta sin vivir la inexperiencia
del salto pausado a una realidad natural, sensitiva del placer creativo.
De niños, no reconocemos la realidad sexual, ni le damos un nombre
determinado, pero la vivimos... la vivimos con intensidad, me di cuenta conforme
cumplía años, esas pulsiones innatas nos acompañan siempre…y me estoy haciendo
viejo ¡Gracias a Dios! continúo teniéndolas.
Los abusos a niños por parte de adultos
¡Son intrínsecamente perversos!, el estupro también lo es, como las
violaciones, el consentimiento sin libertad y la dominación sexual del poderoso
al débil.
Alejandro pone el dedo sobre la llaga, no deja indiferente, ¡Muy
valiente! al escribir el poema en primera persona al penetrar en la piel y en
el espíritu de la niña mujer y de la mujer niña.
¡Genial!. Un fuerte abrazo
poético.
-Joseba Ayensa
(poeta-cantor.)-
Las imágenes han sido bajadas de "Google imágenes"
Tu crónica, Joseba, me permite participar contigo de la intensa vida poética de Gijón y de sus innumerables encantos. Un abrazo
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