jueves, 8 de noviembre de 2018

Película documento transmutada en poema, y el largo Poema transmutado en una gran película.


              Reflexiones poéticas sobre el libro- vídeo de Alejandro Céspedes

                                         LAS CARICIAS DE FUEGO




        Sigo paseando por las calles húmedas de la misteriosa ciudad del Cantábrico; Gijón…y con mi quehacer diario y poético, me tropiezo con auténticas maravillas del ritmo cultural que se desarrolla en sus contornos; ayer tarde, 7 de Noviembre de este quebradizo año 2.018, me acerqué a la Antigua Escuela de comercio a una jornada convocada por GESTO “Encuentros Cálamo de poesía”, a la presentación del libro-vídeo “Las caricias del fuego” de Alejandro céspedes.
        Fue Alejandro quien presentó la bella edición del libro, y película documento transmutada en poema, y el largo poema transmutado en una gran película, con imágenes contundentes, cargadas de verdad y que llegan a lo mas adentro de los tuétanos, con la voz en “Off” de Alejandro, diciendo con destreza el texto poético, esas prodigiosas cuerdas vocales, de voz grave transmitiendo la VOZ propia de un gran poeta gijonés.
        Esa niña mujer y esa mujer niña, denunciando los abusos sexuales de su progenitor, esa protésica mano de madera penetrando entre sábanas blancas rugosas, esa lágrima cayendo a las aguas estancadas, sucias, ciscos de un pozo freático, esos plásticos envolviendo a la niña mujer a la mujer niña sonando la rasgadura de los mismos como si fuera un adagio interminable de un erotismo doliente, ese bidé, esa bañera corroída por el paso del tiempo, a los cinco años, a los seis, a la adolescencia rebelde y al ¡Basta ya!, de la piedra, de la roca machacando el cráneo y del fluir de los sesos desembocando en el polvo de la verdad mas doliente, de la sexualidad impuesta sin vivir la inexperiencia del salto pausado a una realidad natural, sensitiva del placer creativo.
         De niños, no reconocemos la realidad sexual, ni le damos un nombre determinado, pero la vivimos... la vivimos con intensidad, me di cuenta conforme cumplía años, esas pulsiones innatas nos acompañan siempre…y me estoy haciendo viejo ¡Gracias a Dios! continúo teniéndolas.
         Los abusos a niños por parte de adultos ¡Son intrínsecamente perversos!, el estupro también lo es, como las violaciones, el consentimiento sin libertad y la dominación sexual del poderoso al débil.
         Alejandro pone el dedo sobre la llaga, no deja indiferente, ¡Muy valiente! al escribir el poema en primera persona al penetrar en la piel y en el espíritu de la niña mujer y de la mujer niña.
        ¡Genial!.  Un fuerte abrazo poético.

                          -Joseba Ayensa (poeta-cantor.)- 


            Las imágenes han sido bajadas de "Google imágenes"



1 comentario:

  1. Tu crónica, Joseba, me permite participar contigo de la intensa vida poética de Gijón y de sus innumerables encantos. Un abrazo

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