domingo, 15 de diciembre de 2019

JONDO QUEJÍO - Cuando la poesía deja de camelar.


        Un nuevo poemario, escrito durante una semana, cuando uno siente que la poesía deja de camelar, cuando los poemas se rebelan contra el poeta y cuando los versos dejan de herir la yugular...es: JONDO QUEJÍO.

TURBULENCIAS obra original de: Joseba Ayensa



 


 

Dejaré de escribir poemas
mi alma se acobarda
una vida dedicada a jugar con las palabras
a sentir pensamientos que se columpian
se rien de mi
a veces hasta lloran
¡No controlo...Dios mío!
¡No controlo!
voy caminando
haciendo eses
me embriago de dolor
y poesía.



Tengo ganas de retozar
que cada letra sea un suspiro
y que un verso sea un alarido
ese rocío
esa lluvia
ese chaparrón
esa poesía que pretendo anular
¡Que placer arrancar la yugular de un poema!
cuando estoy a punto
de claudicar
de evitar la poesía que me lastima.



Me entran ganas de llorar un verso
arrancar las letras que lo van formando
mandar un alarido al espacio
en una noche en la que vislumbro la zozobra
de ese sueño
ese mundo onírico que me hace llorar
versos como los que estoy escribiendo.



Frases entrelazadas
enmarañados laberintos
esos árboles selváticos
donde los bonobos retozan
esos versos que surgen de frases entrecortadas
el placer se corta de raiz
preámbulos poéticos
para llorar como un poeta tozudo.



He dejado de soñar
para hacer el amor con mi artrosis
chispean mis dedos
calambrea mi sangre
alegoría de jornada lluviosa
tormentas que atormentan
la poesía se cala de fuerza acuosa
duele ¡Duele mucho! la médula poética.



Soy hermano
de la generación de amor - paz y flores
los antiguos hippies
se han quedado antiguos
olvidados
el puritanismo calvinista lo invade todo
retroceso de la libertad libertaria
pobre juventud actual aterida
tengo sesenta y cuatro años
tengo fuerza juvenil
aunque me tortura la artrosis.



Vocales
consonantes
puntos suspensivos
un cuento
una novela
ese relato que palpita
y estos versos
que no terminan de formarse
el poeta se siente solo
el escritor incomprendido
y memorizo
y ensayo
todo queda reblandecido
entre boiras
de subyugación y sangre.



Ese quejío
ese jondo clamor
cantar con ritmo de dolor
el poeta que escribe
el verso que se ilumina
la inutilidad de un instante
los poemas que se quiebran
escribir - escribir - escribir
papel que se arruga
un poema que termina en el contenedor del olvido.



Esta tarde - noche
me he sentido triste
una velada magnífica
de poesía, relatos y música
los poros se abrían
se erizaba la epidermis de emociones
provocadas por los versos
pero cuando uno se enfada
posiblemente con razón
¡No me gusta!
¡Me produce escalofríos!
el término "hijo de "...."
no debe de ser escrito en un poema
ni debe de ser dicho en público
¡Que mal suena!
¡Que tristeza!
hace años que no empleo
semejante término bazofia
y menos detrás de un micrófono,
en estas redes sociales
yo lo cambio

lo transmuto
a maldito ¡Hijo de macho cabrío!
¡Nunca! nunca se debe de nombrar
a las putas en esos términos peyorativos.


               Todos los poemas fueron escritos "A vuela ordenador" en mi cuenta personal de la red social "Facebook".

                                        -Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-

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