Entrada dedicada como homenaje a Rosa Velilla, compañera y madre de artistas plásticos y por si misma una gran pintora, residente durante décadas en Gijón (Asturias).
ROSA
(Óleo sobre tabla. 1.949)
Alejandro Mieres
IN MEMORIAM
(Óleo, 2.016)
Lourdes Mieres
Agradezco de todo corazón a Lourdes Mieres Velilla por su colaboración y por enviarme la obra de su madre, Rosa Velilla.
A ROSA VELILLA
He dormido a trompicones, entre ronquidos, duerme velas pensativas y soñando, soñando que era un gorrión, revoloteando entre los soportales de la calle Marqués de San Esteban, en la ciudad del cantábrico, de los trisqueles decorativos, de los tetrasqueles solares que emergen del alma, permanezco entre los soportales para huír del casi sempiterno urballu, que mi plumaje permanezca seco para poder volar con mas velocidad y elegancia, para juguetear con mi enemiga la vetusta blanquinegra gaviota que me incordia siempre con su amenazador pico carnívoro, voy comiendo, picoteando el resto de pan que los niños desmigan de sus bollos preñados a la hora del almuerzo, me escondo en el alfeizar de una puerta de roble que cierra la granería para disfrutar con el rastro de las semillas de la tierra, no coqueteo con ningún congénere ¡Soy solitario!, disfruto picando al gato Elías cuando duerme panza arriba ¡Hasta llego a cazar sus pulgas!, se enfada mucho, da saltos de ballet con sus garras abiertas, uñas afiladas para atraparme, yo vuelo y vuelo, cuando estoy a lo lejos le canto la sinfonía del pio-pio-pio, veo a los primeros adolescentes humanos que entran en el portal de la academia de arte del pintor abstracto Alejandro Mieres, esos jovencísimos hombres y mujeres que terminarán siendo artistas plásticos asturianos y universales, me río de ellos porque suben y suben interminables escaleras para llegar al inicio de sus sueños mientras mi vuelo es mucho mas efectivo y rápido ¡Se abre la puerta de la academia a los incipientes pintores! y allí está ella con su sonrisa, escudándose en su timidez, en su simpatía innata, prepara su caballete de inquietante oficio, sobre el suelo tres o cuatro tablas de madera, irregulares cuadradas, rectángulares, la mujer compañera de los alumnos musita un buenas tardes, todos van a sus lugares de estudio,de ensayo, preparación, de iniciar sus bocetos o de continuar sus historias a través de líneas discontinuas que van tomando forma de inusuales seres plásticos, la dama pintora tiene iniciado su cuadro, pinta diréctamente sobre la tabla de madera, sin imprimación, pinceladas envueltas en ensoñación y me fijo en su obra: Un gorrión inerte sobre un paisaje desértico de color ocre-rojizo, ¡Soy yo mismo!, desvanezco en mi irrealidad, mi alma sigue anclada al momento creativo de la artista, silenciosa, concentrada en su interior creativo, Rosa Velilla, compañera amante de Alejandro Mieres, varios hijos e hijas, poderosa, matriarca, organiza su entorno en el domicilio, en la academia, en la enseñanza a sus vástagos, en su propia obra creativa, figurativa complementaria a la abstración de Alejandro, realismo fantástico con ribetes de naif, creadora de artistas y de destinos, influye a sus vástagos y a los alumnos de su marido y compañero. Larga vida, dio el salto al vacío de los espacios el 28 de Octubre del dos mil quince, apenas veinticuatro horas antes que la dadora de vida del que escribe esta ensoñación. ¡Un fuerte abrazo poético a Rosa Velilla! y lo amplio a mi propia madre Eulalia Echauz, dos mujeres, nonagenarias, seres con poder, matriarcas de familia numerosa, las dos artistas, una pintora la otra poetisa. Las dos entre el veintiocho y veintinueve de Octubre del dos mil quince se cogieron las manos y saltaron al abismo de la eternidad.
Y es dificil crear poesía desde la ensoñación
dormita el gorrión
y el gato escarba la ocre tierra para depositar sus sueños.
Lombrices que zigzaguean entre el barro
despues de la tormenta.
Pinceladas de cristal
óleo que se desparrama
naturaleza muerta
un puñal en el marco de la ventana
gotas de lluvia.
Y la mañanada bosteza
el turbón trae calor
el horizonte se crispa
fuerza del oleaje
en la misteriosa mareada del Cantábrico.
Trisquel celta
luz solar atenuada
bruma
un árbol floreciente
en mitad de la nada.
Abstracción
figuración
pinturas plásticas
esmaltes
y óleos.
Un pato agridulce
paseo nocturno
una mirada enamorada
una lucha
y un destino.
Texto poético literario escrito "A vuela ordenador" entre el 15 y 16 de Octubre del 2.016, pensado para ser leído como una totalidad, entre prosa poética y poesía.
-Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-
GALERÍA DE LA OBRA DE ROSA VELILLA.
Hermoso homenaje el que dejas hoy, Joseba, y muy interesante la obras que puede verse de Rosa Velilla. Un abrazo.
ResponderEliminarBonito homenaje, Joseba.
ResponderEliminarEstoy seguro que se emocionaría al leerlo y mucho más si lo recitas.
Un fuerte abrazo.
Gracias por todo Joseba, no puedo decir más, porque me toca de cerca. Un saludo
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