Tenía que llegar el momento, por fin me he animado a hablar en el "Blog" de
"Los sueños rotos de Olaitz", es la última obra que he escrito con intensidad poética y creativa.
Se puede decir que la gesté entre tertulia y tertulia semanal en el
Café del Centre, de Barcelona, leyéndosela a mis amigos contertulios; capítulo a capítulo, entre un gran complejo de culpabilidad por sentir la decadencia física del último tramo de la vida de mi padre en la lejanía. Con una historia distinta a la que en esos momentos vivía, no podía abstraerme del todo a la realidad y por eso se palpa letra a letra la inquietud de mi alma.
"Los sueños rotos de Olaitz" está siendo la mas incomprendida de mis obras, quizá sea, por la mezcolanza de estilos literarios, abarca el cuento prosaíco, sin ninguna duda la poesía, el género epistolar y el concepto que tengo del teatro.
Os voy a insertar todos los poemas de esta novela corta, o de mini-relatos con un nexo común como son
"Los sueños rotos de Olaitz".
(Portada diseñada por el artista esmaltador:
Rafael arroyo villemur)
Y...ha llegado el momento de invocar a la cordura
ha llegado la caricia de los deseos íntimos
cuando elevamos el pensamiento
hacia metas imposibles
donde nuestra realidad se funde con nubarrones grises
para contradecirnos de dogmas etéreos y hueros
.
El individuo es libre libre es el individuo
y la mente es esclava del cerebro
incluso al cerebelo lo encaja en una urna de diamante.
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A veces...
¿Cómo inicio esta singular singladura?
¿Hago reventar a mis venas?
¿Inicio el grito ahogado del no saber?
Reflexiona...
reflexiona.
Quizás...
Tenga que derramar todas las lágrimas que me acongojan...
¡Tengo pavor al anfrentamiento!,
un cosquilleo suave en la espalda
hace que intuya el camino...
¿El atajo?
¿El sendero?
gaviotas revolotean por mi mente
gaviotas blanqui-negras
gaviotas carcajeadoras
ósculos encendidos cayendo al abismo
socarrando el plumón de la oscurecida espalda.
Esas cagarrutas
esas cagarrutas
que desprenden los oscilantes culos del orix
mientras huelen los traseros encelados de los rebuznadores onagros.
Esto es...como un despertar
como un flash en el apareamiento de los equinos
¡Una liberación!
pura contradicción al miedo.
Zas, zas, zas...
zas, zas, zas...
zas, zas, zas...
el ignorante lanza heces ígneas
al pozo negro de los complejos.
Una lengua inmaculada
repta hacia los adentros del efebo
y la víbora sigue reptando,
sigue reptando,
sus dientes hipodérmicos
se aferran
a la piel de la anaconda
¡Ganará el veneno vil
ante los músculos de la constrictor!.
El paraíso...
el paraíso es una duna evanescente,
algo que deja de existir,
algo con lo que el viento juega al escondite.
Y ese,
ese...
loco del turbante apolillado
que marca su territorio
que se mea entre retorcidos hierros oxidados
lanzando letanías,
bomba,
granada de mano,
pistola,
metralleta,
metralla,
lindezas de estirpe noble-guerreras,
medios de comunicación
apostando por el camaleón
por el imbécil
por ese...capaz de inmolarse
y arrastrar a las masas hacia el abismo.
Querubines fornicando con la hipocresía de los emires.
el califa acariciando
el sudoroso cuerpo del
crucificado,
perros lamiendo al ignorado vagabundo
aquel...
aquel, al que el samaritano dio cobijo.
Zas, zas, zas...
zas, zas, zas...
zas, zas, zas.
No sé con lo que me encontraré cuando regrese
al cenit
ese punto en el que se és,o no se és,
ese punto mántrico
donde el tibetano desglosa su rosario
donde el sufí recita las suras
y donde el devoto no deja de implorar perdón,
pero...
¿Para qué?...
¿Para auxiliar al decadente?...
...desde una tribuna de oradores
insta a los humanos a claudicar
a que se froten con ungüentos sus órganos
genitales
a que el vendaval de odio les inunde
y a que sus dientes crepiten.
...Y me estoy tomando un café cortado
¡Si señor!
¿Y a quién le importa que reflexione en una
mañana de invierno?.
Los látigos no arrancarán mi piel,
antes habré huído por los cañizares del gran río
retorcido
¡Oooohhh!
¡Los cañaverales!
¡Oooohhh!
¡Las culebras reptantes!,
auxilios iniciáticos de las sabandijas del barro,
la cimitarra acosando al ratón burlesco,
la niña pija asqueada del abejorro,
dobermanes mordiendo sacos de arena,
y rottweilers lanzando dentelladas al cierzo...
...y me quejo...
-Solsticio de invierno craquelado por sangre de
olvido-
...Acaso...¿Se puede olvidar?,
¿Se pueden olvidar las arremetidas del
mardano?...
...y me quejo...
estoy a punto de llorar
de derramar gotas de suero,
el calostro de mi madre me hizo inmune...
...¡Aún no sé a lo que me hizo inmune!,
la jungla del pavoroso verde me paraliza...
...y el desierto de las arenas blancas...
¿Qué?...¿También me paraliza?
¡No me hice inmune al miedo!,
la vacuna de calostro enmohecido no hizo efecto
¡Estoy esperando que suene la música psíquica!.
El poema matérico confunde a los rimadores,
los sonetos se encharcan de semen canceroso.
El ayatolá está muerto
fue incapaz de libar el glande del poseedor del
madero.
Carne de cerdo abrasada
las jaurías rodean el convento
las hienas lanzan sus risotadas
los licaones destripan el sueño de los búfalos.
Zas, zas, zas...
zas, zas, zas...
zas, zas, zas.
La yugular no deja de dilatarse,
el gilipollas ríe...así, un tanto embrutecido
le ofrezco mi cuello
y claudico a su grotesco aliento,
la sumisión elabora el túmulo del devenir.
Mi castigo es el de no existir...
rasgo un velo, tras otro velo...
apariciones de sementales encadenados,
semental caprichoso
dulce Judit, capaz de castrar al macho
y se muere esa ilusión que queda en la sombra,
aborrezco el susto cotidiano
cuando empalan la cabeza cercenada
para que la picoteen los cuervos.
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A galope tendido atravesaron los valles escarpados y verdes
caballos blanco-negros
negros y blancos eran sus jinetes
cabalgaban desnudos y desnudas brillaban las grupas.
A la luz de la luna llena se apareaban los equinos
el vendaval rasgaba las espaldas de los esclavos
mientras ayuntaban con las damas de los poderosos.
Procesiones iniciáticas en la noche
desequilibrios de amores y odios, cordura de odio y amores.
El efebo se lanza al mar
está enamorado del tiburón y sus mandíbulas
no puede escapar de la influencia de las sirenas
busca desesperado el glande de Tritón
y solo se encuentra con el filo de la cimitarra,
cruz triunfadora sobre la media luna dormida
emires embozados buscan los flancos débiles de los curas
y mientras tanto la gente muere y el paraíso se craquela.
Impresiones distintas de batir la coctelera universal
en una micro-décima de segundo del caos, la guerra fría
en el aquelarre se fraguó.
Chispeantes luces cosquillean las aletas de los peces
presos en catacumbas y oídores de imprecaciones
el derviche danza, danza y danza
el sunita lanza escupitajos al sionista
el sionista machaca las mandíbulas del chiíta
el chiíta apostado en la cuneta no se anda con chiquitas
y eyacula su granada de mano al carro de combate de su invasor.
Guerras fraticidas guerras de religión
los asesinos y muertos adoran a un mismo Dios
el Dios del monoteísmo devora a sus discípulos
capaz de organizar cruzadas y guerras santas.
Y nosotros...¿Qué somos capaces de organizar los mortales?
¿Campos de exterminio?
acaso...¿No somos nosotros el mismo Dios?.
Recuerdo a mi amiga Francisca Geijo
¡No te puedes hacer idea lo que hizo para destruir a Dios!
Abraham estuvo a punto de sacrificar a su sangre, semen y suero
Moisés ¿Tuvo alguna piedad de los pobladores de la Tierra
prometida?
Jesús de Nazaret fue sincero en el amor y la paz
solo aporreó a los mercaderes del templo
¿Son sinceros la retahila de monjes, diáconos, sacerdotes,
obispos, cardenales y ese con cara de imbécil y vestido de
blanco?
¿Son sinceras las grandes potencias cristianas?
¿Somos nosotros sinceros?
Solo buscamos la comodidad de nuestros pies cuando caminan
entre espinas.
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Y el poeta gira, gira y gira
entre la obscuridad y las estrellas
Marte enamora a Venus
y la luna nos ilumina
cuando la fragua de Vulcano revienta.
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¡Que no me miren a los ojos!...¡Oh Dios de la soledad!.
Me atragantaré con estos papeles para subsistir
empiezo a comprender el motivo íntimo de la creación
ese puñal capaz de cortar mi corazón de raiz
capaz de aniquilar el suero de las apestosas sanguijuelas
capaz de envolver la locura en papeles de celofán
capaz de quemar el sudario de nuestra última aventura
cuando el recuerdo es una nube negra de cisco encharcado
cuando la aurora emite su tenue luz entre el océano y
cúpula terrestre
cuando los ojos se oscurecen debido a las lágrimas negras
que nos invaden.
¿Cuándo aplastaré el cuando con la fuerza de mis puños?
¿Cuándo seré capaz de mordisquear la yugular de mis seres
queridos?
¿Cuándo seré capaz de aniquilarme cuando el cantar de la luna
deje de cosquillearme?.
Me dejaré asesinar...¡Oh Dios de la soledad!
me dejaré encolar por mi terrible enemigo
me dejaré abrir las entrañas con el filo de las hojas en blanco
que invaden mi habitáculo.
Y todo...¿Para qué?...¡Dios de la soledad!
¿Para carcajearme como un loco?
¿Para no asumir mis responsabilidades?
¿Para que la epilepsia paralice mis extremidades?
¡No tiene gracia!...¡Dios de la soledad!
No tiene gracia la existencia si no te pasan factura de tus errores,
no tiene gracia si tus hijos no reparan tus venas
no tiene gracia si no devoras a las cucarachas que invaden el
suelo donde duermes
¡Basta ya...!...¡Dios de la soledad!
me veo en la necesidad de manchar mis manos de tinta negra
para salpicar con mis huellas dactilares a tu propio nombre.
¡Ya sé a lo que tú aspiras!
deseas que me pierda en el banco de barracudas
mientras son asediadas por ballenas asesinas,
¡Sí!, orcas que emiten sonidos hipnotizadores
que hasta las sirenas se espantan
y se abandonan a las garras de los osos polares.
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¿Recuerdas como se emociona el lobo al atrapar a su presa?
¿Lo recuerdas?
Amigo Olaitz,
soy un vagabundo
que vengo mas allá de esas montañas
las que se pierden por el horizonte
de un lugar mágico
y agobiante,
sus visitantes se encandilan por su paz
por las choperas de su entorno
por las fértiles rozas
por su pequeño y coquetón cementerio
y por el alma del Císter que descansa entre culebreras.
Amo a ese lugar
¡No puedo olvidarlo!
pero escapo de él como un ratón acosado por el gavilán,
por los recuerdos infectados de memoria,
por los recuerdos de una infancia contradictoria,
donde llegué a ser feliz
sobre todo, cuando me escabullía entre yergos y zarzales,
cuando organizaba un escándalo en la misa de los cazadores,
cuando la vendimia rasgaba las venas de mis manos,
cuando se incendiaba la rastrojera
y un aldeano me regalaba un boinazo
para calmar la ira de las llamaradas.
Confusión de sentimientos
cánticos de aurora en la mañanada de reyes
saltos entre leña rusiente en la noche fría de San Antón
donde se devoran mondongos, patatas y crepitan los dientes.
Cultivo de albahaca, efluvios de cenobio
reinetas mecidas por el cierzo
y romerías, bailes craqueados por cachivaches e inciensos.
Y el sonido de la muerte
zumbidos de viático,
leyendas, realidades
historias del boca a boca
el "escachamatas" toreado por el "paratrenes"
la "casillera" al final de la escalera con la sién escachada
su casa solitaria al cruzar la vía verde
y mas allá el refugio del "bailarín"
haciéndose el cojo y pobre
y de tierras mas lejanas llegaba un merodeador,
fue encontrado muerto y comido por ratas,
un ovejero solitario masticador de pienso
quedó tieso de un infarto
y hace muy poco tiempo...
un "pincha venas" a un cerdo vietnamita le sirvió de alimento.
Amigo Olaitz, que no se confunda el misterio,
los sueños son el hilo onírico de la confusión,
yo voy como una peonza, de aquí para allá
sin encontrar solución al problema inmóvil.
¡No encontrarás soluciones entre las cascadas
que juegan al "ori-ori" con tu mente.
Este último poema habla de Tulebras, mi pueblo natal, con un lenguaje y términos muy peculiares de la localidad.
